sábado, 21 de abril de 2018

¿GLIFOSATO?: ¡NO!, ¿GRACIAS!





        He visto ayer a un empleado municipal, provisto de mascarilla, aplicarlo en la cuneta, y en los bordes del carril  bici en la Carretera de Quintanilla. Me ha parecido mal. Creo es algo mal hecho. Explicaré razones. No me motiva el ir contra el ayuntamiento. Incluso he intentado contactar con personas, preocupadas por la sanidad de la zona, antes de sacarlo aquí, y no lo he conseguido.




      Digo que no quería sacarlo aquí por si ello fuera un inconveniente para evitar el tratamiento. Ya saben: por eso de no hacer caso a lo que diga Agapito. Insisto una vez más en que la gente se quite las anteojeras del prejuicio, que atiendan a las razones y no al razonador. Que piensen en lo qué se dice y no en quién lo dice.




      Puede que los concejales no se hayan enterado. Como sé que se asoman por aquí, es la forma más directa de que llegue a todos. Ando ocupado con mi huerto.




      El glifosato es el principio activo de un herbicida, que se fabrica y vende con distintos nombres comerciales: Roundoup es el más conocido. Algunos labradores, que no se aprenden nombres, lo llaman "herbicida total", ya que mata todo lo que toca.




     Por desgracia, y por necesidad en cierto modo, se utiliza mucho en agricultura, sobre todo por quienes practican la siembra directa, para matar el rebrote otoñal en esta práctica de sembrar sin laboreo previo. También se utiliza para evitar labores en los barbechos llamados químicos, incluso para matar la cuscuta en las alfalfas.




    Nosotros somos más partidarios, en nuestra rotación de cultivos y ausencia de barbecho, de matar el rebrote con mínimo laboreo.




   Sus detractores afirman que deja en el suelo efectos residuales nocivos para el medio ambiente, los alimentos y por tanto para las personas. Los defensores dicen lo contrario: que es absorbido por las partes verdes de las plantas y que cuando llega al suelo se ha vuelto inicuo. Y que es imprescindible en la moderna agricultura.




    El debate es mundial. Ya se está hablando de prohibir su aplicación en toda la Comunidad Europea. ¡Por algo será!




     Les digo que nada tiene que ver con aquellos herbicidas "totales" de antes. el Paracuat, por ej., que utilizábamos para combatir la cuscuta en la alfalfa y pegaba un pestazo dañino, y con el que los americanos fumigaban, desde aviones, la selva, donde se refugiaban los guerrilleros, en la guerra del Vietnam. Aquello era veneno puro. Lo prohibieron.




    Mi opinión y experiencia es que los, por unos llamados pesticidas, y por otros fitosanitarios (herbicidas, insecticidas y fungicidas), los imprescindibles. Son, los herbicidas selectivos (los que matan la broza y dejan el trigo) imprescindibles para obtener producciones; pero en cambio, y como ejemplo puntual de ahora mismo, en este año, no es necesario aplicar insecticidas en las alfalfas, como veo que algunos ya han hecho. ¡Si no se ve daño del coco y, con estos calores y buena humedad, se van a segar en ocho días y no han pasado los quince del plazo de seguridad del insecticida..!, ¿para qué gastar dinero y envenenar?




    Volviendo al GLIFOSATO. Ante la duda, que seguro al suelo y a las aguas subterráneas, bien no le hace, salvo en la agricultura, cuando no quede más remedio, MEJOR NO UTILIZARLO.




a).- Es penoso ver como se retuerce y acaba muriendo todo lo verde, que el camino al Polideportivo va a parecer Chernóbil. Esa , antiestética seca artificial no es buena para la naturaleza y desagradable para la vista.




b).- Cierto que tobas, burrales, pendonera, amarillas, espiguera..., deben limpiarse, entre otros motivos porque cuando se secan son peligro de incendios, pero es más natural, menos nocivo y lleva parecido trabajo la desbrozadora que la mochila, y el verde puede volver a brotar, y al final incluso puede quedar un bonito césped. 




    ¡Pues bien!: dicho queda. Lo bueno sería que quienes se quejan de los pesticidas no lo hicieran, como en todo en este pueblo, de boquilla, en el murmureo estéril, y alguien más diera la cara.




    De todos modos, a mi, que me registren. 




      

1 comentario:

Administrador dijo...


Todo lo verde de la carretera de Quintanilla empieza a amarillear. Creo cuando escribí la anterior entrada ya habían aplicado el glifosato. Los chopos del polideportivo más próximo a la cuneta se están secando. Supongo alguna relación exista. En una era junto a la antigua laguna del Palomar también han echado veneno. Ha quedado negra que da pena verla. En cambio hay otra era lindero, que es un gozo para la vista, tan llena de flores amarillas. Está preciosa.

De estas pequeñas, o no tanto, cosas podrían también ocuparse los de la plataforma para la defensa de los pueblos, aunque no sean de tanto glamour progresista como los actos contra las macrogranjas, porque, entre otras razones, pueden ser perjudiciales al turismo rural.

Pues a los turistas rurales y a los que no, seguro que nos gusta más ver el esplendor de las amarillas en la era de "Senara" que la negrura de la lindera, y de las cunetas por el glifosato que, además de antiestético tiene peligro de contaminación, dado que le echan una dosis a lo bruto.

Tampoco creo que les guste mucho a los turistas rurales no poder beber, ni cocinar, ni lavar la verdura con el agua del grifo. Incluso dudarán de si ducharse con agua contaminada. En estas pequeñas, o no tanto, cosas tienen corte los de la plataforma en defensa de los pueblos, aunque ellas no salgan en los periódicos.