sábado, 2 de diciembre de 2017

CON TODOS LOS RESPETOS.


                                                   CARTA ABIERTA A ÁNGEL CARRETERO.


               Amigo Ángel: Te confieso que cuando tuve noticia de que ibas a ser nuestro cura me dio alegría. Tengo relación con tu hermano Pedro desde hace muchos años. Un día te lo dije: mi familia le compró la primera partida importante de planta de almendros cuando estaba empezando. Mi esposa mantiene buena relación con tu madre, y es una de tus más fieles feligresas. También leo algunos de tus artículos en La Opinión. Como eres un cura joven y moderno, pienso puedes revitalizar la vida espiritual de la parroquia; pensé que, por fin, acabarían las anacrónicas relaciones iglesia-estado: cura-alcalde.

               Si lees en mi blog la despedida a Tomás Osorio, verás como por él siempre sentí cariño, admiración, a pesar de las serias discrepancia que mantuvimos. La más fundamental fue por su relación con la alcaldesa de 28 años. Él, la parroquia, fueron víctimas de algunas de las actuaciones de esta señora, que le causaron gran perjuicio económico. Cuando quieras te lo cuento en privado. Y podrías buscar en las cuentas, las rentas que pagaban los arrendatarios de las tierras de la iglesia, incluida la dicha. También deberías comparar las que pagan ahora los cuatro últimos arrendatarios que aún quedan.

               Tomás Osorio, como miembro del Patronato de la Residencia, no sólo conoció, sino que tapó la presunta corrupción que, cuando quieras, te demuestro. ¡A propósito!: ¿has ocupado su puesto en el Patronato actualmente?

               Mira: sé que ir contra la corriente de la inercia histórica, de las rutinas, de los tópicos, de las leyendas, de lo falso, no es fácil
.
               ¡Oh Villalpando y su tierra gloriosa! ¡Los primeros del mundo en proclamar la inmaculada concepción de la virgen María..! ¡La villa mariana de acendrado catolicismo!...

El manoseo de esto a lo largo de la historia vivió sus momentos álgidos en la etapa Allende-Osorio: ¡qué impresionantes saraos político-religiosos, con comilonas y bebilonas incluidas..! ¡Qué repugnante utilización del cierto sentimiento religioso de las gentes sencillas por parte de personas deshonestas!

Para empezar te aseguro que la poca gente que va quedando en la tierra, confunde lo de la inmaculada concepción, con lo de la virginidad de María. Y Luego: es tan abismal la diferencia entre aquella pobre, teocrática sociedad medieval, de nobles y vasallos, en una constante guerra, pestes, hambrunas…, con la nuestra…

Cada vez que releo la escritura del voto, lo vengo haciendo desde los trece años, siento verdadera ternura, verdadera compasión por aquellas gentes. ¡Estaban tan achuchados los pobres!, porque de la peste y la guerra no se libraban ni los poderosos. ¡Cómo clamaban, cómo buscaban la protección de una madre en el cielo..! :“E como los cristianos non tenemos otra medicina, ni otro bien ni socorro, ni de quien podamos ser socorridos en nuestras cuitas e miserias e tribulaciones, salvo tan solamente a la gloriosa Virgen María…” Esta afirmación me sigue conmoviendo.

Estoy seguro  que desde el alcaide Ramiro de Mazuela, pasando por todos los alcaldes, regidores, clérigos, escribano, al último de los alguaciles, eran todos “homes buenos”. Si bien de esos textos se pueden sacar muchas lecturas. No todo el monte era orégano.

Si recontamos todos los nombres de alcaide, alcaldes, jurados, procuradores, regidores; curas, capellanes, arcipreste que aparecen en la escritura del voto, unos cuarenta nos salen, ninguno de ellos trabajaba. Mucha carga, junto al mantenimiento de tanta iglesia, para una población que, contando con la de las aldeas, apenas llegaría a los tres mil habitantes.

En aquellas alturas, de finales del siglo XV, llevaba siglos tergiversado el primitivo ideal Cristiano del amor, por el impuesto  del temor: la iglesia tenebrista que llegó hasta ayer por la mañana. Ni me quiero acordar de las homilías de don Policarpo...

 Entonces, cuando el voto, a aquellas pobres gentes les culpaban de la pestilencia, de la guerra, de la langosta.., por ser castigos divinos a causa de sus “pecados”. ¡Pobre gente! Si los  reyes y nobles, entre hermanos, tíos y sobrinos no hubieran andado casi siempre a mamporros, si hubieran sido más humanos y caritativos, en lugar de tan ambiciosos y soberbios, se hubieran evitado las guerras. Y las pestes ya sabemos cómo.

Aquellos teócratas (nobles, clérigos y burgueses) imponían a la fuerza las promesas que hacían en sus votos; No es de celebrar que a ocho trabajadores que “fueron prendados por no guardar lo escrito en el voto” les multaran con 350 maravedíes, en total, que “dieron al mayordomo de Santa María para comprar cera pa dicha iglesia”.

Recordemos el momento histórico en el contexto general, aparte de las guerras, pestilencias y hambrunas: faltaban treinta y seis años para que Magallanes-Elcano demostraran la esfericidad de la tierra; por entonces seguían creyendo que nuestro misnúsculo planeta era el centro del universo; la medicina era prácticamente inexistente,  ni siquiera existían indicios de los actuales avances científicos; la labor humanitaria y educativa que hacía la iglesia, no paliaba esas enormes carencias físicas y culturales. ¡Fíjate!: daban de comer a veinte pobres el día de la Purísima. Y, ¿el resto del año? 

En materia educativa el analfabetismo estaba generalizado. Incluso entre bastantes nobles guerreros. El vestido, la vivienda, todo era paupérrimo. En medio de esa pobreza e ignorancia, lo sobrenatural era su válvula de escape. Estaban prestos a creerse cualquier dogma.

¡Oh la iglesia católica como institución..! ¡Cuánto de bueno y cuánto de malo a lo largo de los siglos! No sé, no sé. Pienso que Constantino la lio con el Edicto de Milán en el 313. Hasta entonces, los emperadores romanos habían perseguido al Cristianismo porque su idea revolucionaria socavaba su poder. El mensaje Cristiano calaba con fuerza, creo entre las buenas personas, por su ideal de la fraternidad, de la justicia, de la paz.

Como los Cristianos, a pesar de los tres siglos de persecución,  aumentaban, llegando a ser el grupo de población organizada más importante del imperio, pues Constantino, astutamente, pasó de ser perseguidor a adoptar el Cristianismo como religión oficial (después surgieron los cismas y las distintas iglesias). Así quedó institucionalizado el Cristianismo,  y mezclado con el poder político, militar, económico. De ahí procede la poderosísima iglesia de la Edad Media y de hasta los siglos XIX-XX, tan llena de luz y de sombras; entre éstas la imposición a la fuerza de su doctrina y de sus dogmas; adiposidades en su grasiento cuerpo.

Ahora la iglesia se ha hecho más pobre, (aunque todavía le sobra mucho oropel), más humilde, cercana, caritativa, social (Manos Unidas, Caritas, Domund,..), más minoritaria. Los curas de ahora sois, escasos por desgracia, mucho más ejemplares. Nadie se hace cura por aquello de “donde hay bonete hay zoquete”. Pienso debéis insistir en la idea fuerza del mensaje Evangélico: caridad fraternidad, justicia, paz; debéis insistir en el Sermón de la Montaña, en las Bienaventuranzas; debéis insistir en esos comportamientos, en ese código de conducta Cristiana, tan acorde con la ÉTICA UNIVERSAL, con la moral natural. Para mí ese mensaje de Jesús de Nazaret, tan sublime, tan contra corriente en aquellos tiempos es el único asidero a mi titubeante, por culpa de tanto mal ejemplo, fe.

Y ya, por fin, descendiendo a “Villalpando y su tierra gloriosa”, a ser “los heraldos del dogma”…, y por ello a su “acendrado catolicismo”. ¿Tú crees que esas “glorias” pretéritas, lo de ser los primeros, bla, bla, bla (eso de los primeros, tan chauvinista, cómo nos gusta) han contribuido a que las gentes de la villa y tierra sean mejores?

Te recomiendo leas la “Otra historia de la villa” donde están recogidos datos reales de los últimos ciento y pico años.

Cuando las revueltas campesinas de 1904 dicen en su queja los jornaleros  hambrientos, que vivían en casuchas inmundas, “que la burguesía de Villalpando es todavía peor que la de otros pueblos y que los trata como esclavos” Las algarroberas hambrientas se juntaron en la plaza para pedir pan para sus hijos. Ese mismo año de huelgas reprimidas por la fuerza (cierto que la situación era mala también para los pequeños labradores, pero aunque sólo comieran pan y tocino, comían), de hambruna en el invierno, la teocracia del pueblo (había siete curas, alineados con quienes mandaban, uno por cada iglesia entonces abierta, más otro para el oratorio particular en casa de los Mazos, y el pobre don Facundo que iba a decir misa a la dehesa)  refrendó por cuarta vez el voto concepcionista.

¿Qué nos extraña que, cuando un ocho de diciembre, en los años de la República, un labrantín pobre, que salía en su burro a “alumbrar”, al preguntarle una mujer: -¿Pero Esteban, cómo vas hoy a trabajar que es el día de la Purísima?, éste le contestara: -¿Y qué tengo yo con esa señora? Aquella irreverencia, en el “treinta y seis”, le costó la cárcel. Y ya no te quiero contar cómo se “celebró” la Purísima de ese mismo año. Te aseguro que en aquellas circunstancias trágicas, que son de ayer por la mañana, “los heraldos del dogma” no evitaron los crímenes.

En el año 1940 para dar gracias a Dios por el triunfo de las fuerzas nacionales, se refrendó, por quinta vez, el voto, con Misa solemne, etc. en la Plaza Mayor. La procesión llegó a la plaza entrando por la calle Dr. Ballester Nieto (hoy La Solana), donde se había instalado un arco. El ayuntamiento emitió un bando ordenando a todo el vecindario que desfilara por debajo de aquel arco. Una parte importante del pueblo, además de vencida, humillada.

,¿Y en los últimos años, y ahora? Te puedo documentar inmoralidades de organizadoras de efemérides marianas. De cómo una concejala que leía epístolas en uno de esos acontecimientos, había utilizado a una menor, como testigo falso, para condenar a un inocente. Ese pecado de dar testimonio falso (con el que de Nazaret fue más crítico)  en juicios se ha repetido unas cuantas veces por parte de políticos  o "ex",locales, de los que no llenan el primer banco, hasta la pasada semana.

El cupo de odios entre familias muy directas, lo tenemos bien servido. Y ni te cuento el de la hipocresía…

Por supuesto que de nada te echó culpa. Tú nada tienes que ver con aquella iglesia, ni con quienes poseen tendencia genética a la maldad, intento, únicamente, en la línea de separación de poderes que la iglesia española y universal practican, animarte a que acabes con ese anacronismo de las íntimas relaciones entre la parroquia y el ayuntamiento a propósito de la Purísima y San Roque.

Tú imagínate que el alcalde o alcaldesa, y algún concejal, sea persona que, públicamente, se declara atea (sería lo de menos si fuera honrada), pero además utiliza el poder para, saciando bajos instintos, hacer daño, perseguir a una familia, con decisiones injustas e ilegales, que le rebaten los tribunales; imagínate que, como buen político, miente constantemente; que no resuelve graves problemas pendientes en el pueblo, a pesar de pagar unos impuestos y tasas excesivos, y más cosas que me callo… ¿No es repugnante que esas personas “presidan” actos religiosos? (Misas y procesiones), para lo que se les reservan bancos, en los que se hace más evidente su soledad? ¿Todavía sigue pagando el ayuntamiento la novena y el predicador?

No quiero entrar en más detalles. Tú sabes que, por desgracia, a los cargos políticos, tanto arriba como abajo, llegan muchos deshonestos.  Pero aunque fueran todos un dechado de bondad..: ¡qué estamos en un estado aconfesional!, ¡qué la iglesia no necesita, de forma oficial, a los políticos en sus ceremonias, como piedra de escándalo. La iglesia, lo que la sociedad necesita, es ejemplaridad. Y un buen ejemplo es que dentro de los templos no haya ni sitiales, ni bancos reservados, ni preferencias. Bastante “inri” era lo de la entrada del Caudillo bajo palio.

Y que la fiesta de la Purísima, en lo religioso, incluso en lo profano sea alegre, sin excesos ni molestias a vecinos; que la iglesia se llene y reviente de júbilo. Y que los ritos, y el recuerdo de nuestros mayores sirvan para hacernos mejores. 

Y que perdones mi atrevimiento.




    Si pinchan la foto la verán en pantalla completa.

  Vísperas de la inauguración del nuevo San Nicolás, después de San Roque de 1996.

Estreno de la "Escenificación del Voto", texto dialogado en verso, original de Luciano  López, "El Tobo". La iglesia no se llenó hasta arriba, como se merecía el autor, porque la "doña", entonces en disputa con el cura por la colocación del cuadro de Pedrero, encargado por el ayuntamiento, y, además enemiga de Luciano, intentó boicotear la representación contraprogamando a la misma hora una parrillada en el yegüarizo, como actuación más cultural.

Con mucho gusto bajé e hice subir a Luciano y a Emilia al altar. El aplauso duró minutos.






3 comentarios:

Luciano López dijo...

Hola, Agapito:

Muchísimas gracias por recordar la Escenificación del Voto que hizo mi padre ya hace unos cuantos años. Para él supuso un esfuerzo titánico, pues logró versificar el documento respetando casi absolutamente su literalidad, a pesar de que padecía unas casi incapacitantes secuelas de un severo derrame cerebral, que nunca logró superar del todo.

Efectivamente, los que pusieron trabas a este meritorio trabajo no demostraron (echaré mano de los eufemismos) ninguna comprensión ni generosidad.

Te reitero mi agradecimiento.

Administrador dijo...


¡Gracias a ti, amigo, por aparecer por aquí! Ese ¿auto sacramental? es una obra de arte.

¡Comprensión?, ¡Generosidad? ¿Compasión? ¿decencia? eso es antagónico con el gobierno de este pueblo. No quiero ponerte en "compromiso", como se dice aquí, pero permíteme un desahogo: ¿Tú crees que aquella señora que, "tan bien se portó con tu padre", tan "llena de virtudes", era decente que se erigiera en abanderada de los fastos "marianos"?

Lo de ahora, para otro rato.

Un fuerte abrazo.

Administrador dijo...
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