miércoles, 16 de agosto de 2017

LA PITADA.


   Les confieso que esta noticia la doy con cierta desgana. Ya ven que he dejado pasar un día. Ya de por sí, sin mérito del ayuntamiento, es tan entrañable el reencuentro con los villalpandinos de la diáspora, la paz y la alegría familiar, como a Belén le gusta que sea, con su marido y sus hijos, y los grandones de Gracia, los de Jesús y la saharaui adoptada en verano..., que el cuerpo me pide paz, que me fastidia hacer leña del árbol a punto de caer.

   Pero después de las expresiones (vergonzoso, bochornoso, increíble ¿quién organiza ese despropósito?...) oídas a quienes aguantaron hasta las dos de la mañana para escuchar el saludo del alcalde y el pregón de los quintos, cuando estaba anunciado a las doce, no sería fiel al espíritu de este blog en su intento de formar, si no informo de lo sucedido.

   Tomo la palabra el regidor y su "simpática" elocuencia (balbuceos y latiguillos banales), bien pronto fue acallada por el abucheo, silbidos y algún que otro "fuera, fuera".

   Una de las "quintas", Sara, hija de Elena y de Beni, comenzó a leer un pregón bonito, emotivo, bien hilvanado, no en balde tiene genes literarios de "Los Tobos", y, al poco un no sé si quinto o sexto la interrumpía con "vivas" gárrulas a destiempo, chocarrerías, groserías y obscenidades, de tan mal gusto que molestaban la educación y sensibilidad de la mayoría de los presentes. Que decían bien poco del nivel educativo y cultural del pueblo. La gente marchó escandalizada. Una señora que emigró a Barcelona muy joven, hace cincuenta años, y ha vuelto con su marido, ya jubilados, con quienes he compartido muchos recuerdos, vivencias, reflexiones en largos ratos de conversación, no entendía cómo, a estas alturas, se pudiera dar esa mala imagen del pueblo.  

     En cuanto a la pitada, teniendo en cuenta el ambiente festivo, la posibilidad de que la mayoría de quien estaba en la plaza no fueran residentes habituales, menos o nada caídos en la situación política de la villa, dado el trabajo que le cuesta a la gente del pueblo el manifestarse, debería de ser, para quien no esté sordo, algo que le hiciera reflexionar.

    En cuanto a los festejos taurinos: en los recortes, menos de media entrada; en el trasladado encierro  campero("hierro, sudor y polvo"), según Raposo, unos mil coches; él contó hasta 372 y se cansó. Intenté ver algo y me di la vuelta en el puente de "Las Zambranas". Me olvidé la mascarilla y no quise mascar limo y arcilla.

    Ayer en el toro del "vermú", también media entrada, y eso que es gratis. Por la tarde algo más de gente, pero no el petado de otros años, ni mucho menos. Esta mañana, en el del "Alba" la Solana y el soportal del ayuntamiento vacíos.

    Creo que habría que irse replanteando la fiesta. Ayer por la tarde llegó a la plaza un novillo precioso, bravo, bravo, bien empitonado, con peligro. No sé si hubo algún recorte de lejos y ni un capote. Quedó la arena desierta, como la del Sahara. ¡Pues qué juerga!. Dicen que nos estamos divirtiendo.

     Anda que si en aquellos tiempos de  "El Velas", "El Nono", los "Macacos", "Perules", "El Meco", o incluso después, cuando Josele, Grillero, Lumi,  y los cientos de mozos del pueblo hubiéramos pillado este "ganao", esta arena, esta magnífica infraestructura (a cada uno lo suyo), no hubiéramos dado espectáculo. Si es que antes había muchos actores y pocos espectadores. Si no había más que dos pequeñas garitas

     Ahora los jóvenes, y no tanto, sin dormir,  hartos de "emociones" y farras en "peñas" y demás tugurios, pasan de recortar, correr, torear. Ahora ya no tienen que demostrar valentía para gustar a las muchachas. No hay espectáculo, cunde el aburrimiento. La gente se va marchando. Y luego, con el hartazgo de toros de este año, ya verán mañana las ocho, por ej.

    De todos los modos, con más o menos, mejores o peores toros, la fiesta tiene otros muchos ingredientes, sobre todo el del retorno y la convivencia, que la hace grande.

    No fue la pitada por la organización de la fiesta, que también, sino por la situación municipal antidemocrática (con un valido que rige los destinos, incluso sin pudor en la plaza, móvil en oreja)  de la que venimos informando, por un pueblo lleno de impuestos que, cuando pasa agosto, queda muerto, por la suciedad en las calles, aunque vengan un servicio de limpieza a recoger vasos y botellas, (los contenedores de "Los Corralones" están penosos, Ahí lleva un mugriento colchón varios días.

     Si D. q. seguiremos informando.

 
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    A las quince horas: la tradicional procesión, tan folclórica como todos los años. Si bien en éste muy disminuida de autoridades. Ni un concejal acompañaba al alcalde en la presidencia. El grandón delegado de la Junta y el Teniente de la Guardia Civil. Igual en el vino español. Esos, los de la banda y dos o tres curas.

    Parece que ya empieza a cumplirse el Reglamento Taurino, posiblemente por mi aviso unas entradas atrás, en cuanto al los Colaboradores del Director de Lidia. Hoy, del vino español, en el ayuntamiento,  ha salido un "colaborador", con el preceptivo brazalete ROJO. No se lo pierdan. No sé si lo llevará esta tarde. es un espectáculo. ¿También cobrará por ello? ¿Quien lo ha nombrado? ¿Figurará en los papeles?

     Claro que más necesario es que se identifique el Director de Lidia, Art. 13 del Reglamento con el preceptivo BRAZALETE VERDE. que para eso cobra. Y sepamos así quién es.

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     Veinte horas. Vengo de la plaza,Ya sabemos quién cobra por llevar el brazalete verde. ¿Quién iba a ser?  El de los últimos nueve o diez años. Muchas gracias por estar tan atentos a este blog. Al del brazalete rojo le dio vergüenza y no lo sacó por la tarde.

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   Día 17: Toro del alba. Muy poca gente. No hay Director de Lidia. Contenedores desbordados y sin recoger. Basura por doquier. A dos pasos de la plaza, en la de las Angustias, un montón de bolsas en el suelo, alrededor del contenedor de vidrio. Los Corralones, de pena.
 
 

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