viernes, 10 de febrero de 2017

EN RECUERDO DE ÁNGEL BARIEGO.


            DE LA OPINIÓN DIGITAL: FALLECE ÁNGEL BARIEGO, Villalpando 1934, PRECURSOR DEL MOVIMIENTO VECINAL ZAMORANO.

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   No tenía sabía de su enfermedad. Por eso, así, de sopetón la noticia me está haciendo llorar, y se agolpan los recuerdos: de cuando, con la OJE, para las competiciones deportivas, nos hospedábamos en la posada de su padre, en aquel descampado, frente a la plaza de toros; de cuando coincidimos en la Casa de Ejercicios con los de la JOC, (Juventud Obrera Católica) nosotros, los de pueblo, éramos de la JARC (Juventud Agrícola y Rural Católica), con Bariego, Demetrio, Mañanes...; de cuando les llevé, de parte de Carmen Allende,  "feos" de su pueblo, para él y Antolín, cuando el asalto al Cuartel Viriato; de cuando nos encontrábamos en Zamora y recordábamos nuestro parentesco de abuelos hermanos. Ángel Bariego Núñez, el pequeño de "Pelesín" y la señá Lucia ha sido la mejor cosecha de la villa terracampina.

   Ahora, para el blog, añado: ha muerto la persona más altruista,comprometida socialmente, y noble que he conocido.

    Perteneció a la estirpe de aquellos “curas obreros” de los años sesenta. Después de su paso por Madrid ayudando a los necesitados, le encargaron la Parroquia de San  José Obrero, en aquella nueva barriada por encima de San Lázaro, donde con otros dos curas jóvenes trasladó a la realidad el Evangelio Cristiano. Épico fue su trabajo, su abnegación y su entrega con aquellas gentes obreras. La casa de los curas estaba abierta a todo el mundo, incluso a los que abusaban de su caridad.

       Como su obra va a ser glosada con amplitud en La Opinión el Correo de Zamora, en el digital ya viene una carta de Demetrio Madrid, me voy a ceñir a hablar de sus orígenes, villalpandinos por los cuatro costados. Aunque a la gente, cuanto más joven, más lejos les pillan las generaciones anteriores, quiero, con este recuerdo rendir un homenaje a aquellas familias numerosas de labrantines trabajadores y austeros.

            Su padre, Vitorio Bariego Morales, “Pelesín”,  pertenecía a la familia de “los Uraches” en la que todos tenían apelativos familiares, por los que eran conocidos. Posiblemente el hermano mayor sería Macario, “El Romo” (¡Viva el Romo el Urache y don Melecio Garrido!); por ahí andaría el sr. Teófilo “Correas”; el más pequeño fue Eulogio, “Rabico”. Las mujeres fueron: Encarnación “La Quemada”; Tomasa, “la Peralba”   y Teodosía “la Ocha”, como diminutivo.

            La madre, una santa que tuvo, y crió,  diez hijos, se llamaba Lucía Núñez Alonso. Sus hermanos fueron: Virginia, casada con “Correpegas”; la señora Ángela, “la Pachica”; Anita, la de Rupidera; varones: “Bastián”, que se llamaba Aurelio, y otro que emigró joven a Valencia, y no conocimos, llamado Ramón. En aquella endogamia y fertilidad rural del XIX y hasta mediados el XX, podrían haber bodas de tres hermanos/as de una familia con otros tres de otra. Así ocurrió con los Núñez- Alonso; Alonso- Núñez.

            Como creo que Ángel era el menor de los diez hijos del señor Vitorio, todos nacieron en Villalpando,  cuando sus padres emigraron a Zamora, se llevaron a toda la prole. Creo sería acabada la guerra, (si se asoma alguien de la familia puede corregirme) puesto que la hermana mayor, Petra, se casó en y con uno de Villalpando, Vitaliano Alonso, sobre el año cuarenta. Su hijo, único que tuvieron (Petra murió muy joven) Vita, es de mi quinta, del 41.

La Posada de Pelesín era el refugio de todos los de Villalpando cuando iban a los feriales. Supongo vendería las pocas tierras, que no le darían para criar a familia tan numerosa, la casica y los cuatro achiperres y compraría aquella posada, que fue su sustento, en aquel descampado, hoy de lo más céntrico de Zamora, frente al mercado de ganados.

Los valores humanos, tan a la vista, en Ángel Bariego Núñez, los mamó en el hogar de padre tan laborioso y madre tan santa. Son valores transmitidos en los genes de aquellas tan buenas gentes, de mi pueblo, de aquellas familias de pequeños labradores, tan hechas al sacrificio, a la austeridad e incluso a la ayuda mutua.
           


  

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