AHORA ES EL MOMENTO.
Nunca
pensé que llegaría tan pronto, de empezar a repoblar nuestros pueblos.
Escucho,
leo, reflexiono, vivo el problema de la despoblación. Algunas medidas políticas
se podrían aplicar para buscarle una solución endógena, con los de aquí, pero,
ni aún así evitaríamos la defunción de bastantes aldeas que ya están en las
últimas, y el declive inexorable, incluso de las cabeceras de comarca.
Hace
más de diez años en mi trabajo, “Nueva Savia”, veía la solución en la llegada de inmigrantes. Sus posibles ocupaciones: en la ganadería, servicio doméstico, sobre
todo en el cuidado de los mayores en sus casas (en esto sigue existiendo un
importante nicho de empleo, que se debería regular, encauzar por las
administraciones para no amontonarlos en las residencias), construcción,
hostelería… Esa predicción, en parte, se ha cumplido, aunque de forma
insuficiente. Todavía así, las colonias
de búlgaros, rumanos, marroquíes…, en algunos de nuestros pueblos son
importantes y un alivio en el erial demográfico.
Y,
en esas estábamos cuando estalla la humanitaria crisis de los refugiados
sirios, irakíes, libios, afganos… que huyen del terror de los dementes crueles,
fanáticos, inhumanos miembros y miembras del “Estado Islámico”. ¿Cómo es
posible que la compasión, virtud humana, haya sido sustituida por el odio y
ansia asesina en esas cabezas?
Difícil
y compleja la situación. ¿Cómo cortar el mal en el origen? ¿Con la guerra para
exterminar a la hidra?
Nuestras
pacifistas sociedades occidentales, instaladas en la “dolche vita”, y sus
gobiernos, no están por la intervención
militar. ¡Además! ¿Por qué han de seguir siendo siempre la UE y USA los gendarmes del mundo? ¿No son acaso estos
fanáticos un peligro para toda la humanidad?
¿La
guerra sería la solución al problema? ¿Son tan poderosos, potentes, peligrosos
como lo fueron los nazis en su tiempo? ¿Habría ahora “aliados” dispuestos a
asumir un coste tan alto en destrucción, en vidas humanas?
Ideológicamente
ese absurdo fanatismo religioso, a pesar de su absoluta irracionalidad, por
tener potenciales clientes en todo el mundo musulmán, tiene, sin balas, mucho
mayor peligro de expansión que tenía el nazismo, pero, allá sus vecinos
coránicos más o menos ricos y moderados. De todos modos lo de estos
cortacabezas tiene difícil solución.
Vayamos
“al consonante” del principio: de momento, lo urgente es acoger a los
refugiados. Los estados han de poner dinero, mucho menos que para una guerra.
Que los políticos se pongan manos a la obra. ¿No están nuestros pueblos vacíos?
¿No hay muchas viviendas cerradas todavía aprovechables, con corral donde crías
gallinas, conejos, (cerdos no comen) ? ¿No hay “cortinas”, “huertos” , “rotos”
abandonados? ¿No hay mucha leña en nuestros montes para cocinar y calentarse?
¿No hay,(también para inmigrantes) naves de ovino que se cierran al no existir
relevo generacional?
Aquí,
en Villalpando, el ayuntamiento posee diez viviendas disponibles, casas que se
hicieron para maestros que ninguno vive en el pueblo. Muebles les regalaríamos.
¡Ya, ya los políticos locales deben gestionar la llegada de diez familias de
refugiados con niños!, ¡qué no se ahoguen en el mar!
1 comentario:
Gracia Modroño dijo:
Estas en linea con el papa Francisco!
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