lunes, 9 de marzo de 2015

GUADILLO Y ANGELITA, TESTIGOS DE OTRO TIEMPO.


   Ayer Amelio, de pila Arsenio, cumplió 100 años. Lo dijo bien claro en la Iglesia, a pregunta de D. Tomás: -¿Que año naciste?. -"El quince" dijo rotundo. Le bautizaron en la Iglesia de Santa María, ya por entonces única  parroquia, el 23 de marzo de 1915, por eso no en la de San Pedro. Él, como el resto de los siete hermanos, habían nacido en la Ronda, una de las pocas casas de labranza de esa calle de, entonces, miserables casuchas de jornaleros.

   Su padres, el señor Ángel "Guadillo", medio hermano de los Olegarios, y su madre "La Sinda", mujer muy ocurrente y campechana, tuvieron, "que subieran al gallinero", siete hijos: Emiliano, Ángel, Arsenio, Audenio, Micaela, Amelia  y Heliodorina, esposa del querido y popular "Chencho el herrero".

   Amelio superó de niño la falta de leches maternizadas, potitos, yogures, dodotis, niveas, bañera, jabones, toallas, polvos de talco... Superó difterias, tifus, tosferina, sarampión, tétanos... sin vacunas; la gripe del "dieciocho", una guerra civil en la que combatió, las hambrunas de la dura posguerra, nís sé cuántas barbecheras, veranos, vendimias, sementeras bregando tras de las mulas; la muerte, en Francia, de su hijo "Ángelito"... Es un auténtico superviviente.

   Ayer, en Misa con Amelio, Angelita, su hija Pili, José Maria,  los nietos, los vecinos encantados de acompañarlos, me emocioné, cuando repitieron noventa y pico años después los versos declamados el día de su primera comunión, de memoria, sin papel.

   ¡Qué pareja!: setenta y dos años casados. Angelita nació un 29 de febrero de 1916. Por eso dice que está joven, porque solo cumple cada cuatro. Hasta hace nada yendo a Misa a diario, a la compra, ocupándose de la casa. Todavía se ocupa de la comida, pasea por la calle. Amelio sale a tomar su vinito a diario,  sin cacha, ni bastón, ni gafas, ni audífono...; lee el periódico, conversa. Vida normal, como si tuviera cuarenta años menos.

   Disfruto viendo subidas, cada día las ventanas de su casa. Siempre vecinos. Son tantos recuerdos: aquella casica de piso hondo, techos bajos, pequeño corral, en la que vivían la señá Maximina, Angelita y Guadillo, Margarita, prima a quien recogieron de niña al quedar huérfana, los niños; y además solían tener pupilos. Ahí estuvo alojada la "Niña de la Puebla" y su compañero, cuando vinieron a actuar al cine. Ahí se alojaban los que venían a la báscula de la remolacha, o a telégrafos, como Serapio "Jíquera"; también recuerdo a un encofrador de cuando construyeron el silo.

   Y recuerdo el saco de espigas, de la mañanera respiga, que majaba Angelita en la acera las tardes de verano.

   Las vacas de Guadillo  ayudaron a criar a mis hijos. Sarita pendiente de ir a diario, a por los cuatro litros, antes de que Angelita marchara a "Auxilio Social", para hervirla y desayunar los niños.

   Y Amelio me cuenta de cuando estuvo en la dehesa, antes de la guerra, con Covaleda, de una trilladora limpiadora que funcionaba con leña; de las cuadrillas de segadores, montaraces, cisqueros, carboneros..; de cuando estuvo en casa de "Las Gallegas" que iba a buscar la fruta pa el señorito Severiano, con la burra y los cuévanos, a una huerta de Santa Eufemia. Sólo comía  de esa fruta. Me cuenta de cuando Covera desterró a Pias al hermano, el señorito César "El Gallego", Amelio iba a llevarle la mantención y pasaba dos o tres días por allí poniéndole al corriente de lo que pasaba por el pueblo. También estuvo de mozo de año en casa del Sr. Pablo, hasta que se quedó con las pocas tierras del padre, y luego con una mula y las vacas. Dice,y es cierto, que ni en el año malo, pasaron necesidades.

   Preciosas las mil historias que este hombre, menudo, enjuto, de carácter alegre, que esta mujer, vivaracha e inteligente, nos pueden contar.

    ¡Cuánto los quiero!, y todos los familiares y vecinos, sus hermanas vivas, sus sobrinos, Guadillos y Guadillas de la Calle Olleros, "Quiterines", "Chenchos";  Deco, Segundo, Petrina, Pili y Angelito Caramazana, Mercedes "la monjera", Angelita "La Pachica", la Toranzada con los mellizos pequeños, Sara y servidor. mucho pueblo...allí estuvimos disfrutando con ellos en San Nicolás.

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