viernes, 2 de enero de 2015

UN TRABAJO DE JUAN VIDAL GAGO.



APUNTES COMPLEMENTARIOS AL VOCABULARIO EXPUESTO POR LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ EN EL LIBRO: “Esbozo para un vocabulario de la Tierra de Campos zamorana”,

Realizados por JUAN VIDAL GAGO.

Al final anotaré breve nota biográfica.
Como este señor es natural de Villárdiga, iremos viendo que alguno de sus vocablos son específicos de ese pueblo. Ocurría que, estando los pueblos tan poblados, vivos, aunque encerrados en sí mismos, variaba el léxico entre pueblos limítrofes. Lo iré señalando cuando así ocurra y el autor no lo señale. Mis aportaciones, como administrador del blog, irán escritas en cursiva.

ABERBAJA.- Planta silvestre de hojas finas y comestibles que se cría en las eras, los prados y las
linderas. En Villalpando se denominan ababanjas. ¡Qué rica está la ensalada de aberbajas¡

AFANAR.- Además de trabajar excesivamente, se utiliza el término para referirse a aquellos
trabajos que se realizan con escasos medios y poco resultado. “Como no tengo herramientas
estoy afanando con las manos, veremos cómo queda”.

ÁGUEDAS.- Estas fiestas fueron y son muy típicas en los pueblos del partido judicial de Toro. En
el de Villalpando lo fueron y lo son sobre todo en Cañizo, aunque en los últimos años, se están
festejando en Villalpando.

AJUSTE.- Condiciones acordadas entre el amo y el criado, que habrán de regir las relaciones
laborales en todos los aspectos. “En el ajuste entró un carro de paja y un herreñal para
garbanzos”.

ALAMAR.- Tiene el mismo significado que achiperre. Se llama alamarero a la persona que anda
entre alamares. “Atropa todo, es un alamarero”

AMORECIDO.- Sustancia sobre la que se ha propagado moho. Quizá derive de amohecido. “No
comas ese trozo que está amorecido”.
 Palabra propia de Villárdiga. En Villalpando se utiliza el adjetivo mohoso.

ANDURRIALES.- Se utiliza siempre en plural para indicar los caminos o calles mal definidos o en mal estado, incluso desaparecidos. “Hemos llegado de milagro por esos andurriales”.

ANTRUEJO.- Persona vestida de cualquier forma, sin gusto y mal. “Vas hecho un antruejo”. Voz propia de Villárdiga.

En Villalpando, y en gran parte de la provincia, esta palabra se utiliza para definir las fiestas del solsticio de invierno, como son el “Zangarrón”, “los Carochos”, “Tafarrón”…, en las que un personaje se disfraza de forma estrambótica. De ahí la similitud léxica.

APURADO.- Persona en mala situación económica, anímica o de salud. “En estos momentos no puedo comprarla, ando muy apurado”.

ARAR PA DENTRO.- Realizar la labor de arada, con las mulas, comenzando en el centro de la tierra. Para ello el gañán trazaba el denominado “ramo”, que era la mínima porción de la misma figura o forma que tenía la tierra, (muy pocas eran rectangulares) arando en el sentido del movimiento de las agujas del reloj. Puesto que la vertedera voltea a la derecha, iba echando la tierra “pa dentro”. Así, arando alrededor de ese ramo, iba aumentando la porción arada, hasta llegar a las linderas, orilla de las cuales quedaban las cerraderas o “valle” del surco. Era labor difícil de realizar, seña de buenos labradores. La mayoría araban siempre, “pa fuera”, comenzando en las linderas. De ahí que casi todas las tierras llegaran a tener hondonada en el centro.

ARAR PA FUERA.- Acción contraria a la anterior. Se realiza cuando la tierra tiene una lomera en
el interior.

ARRASTRAR.- Acción de recoger con el rastro las espigas que el purridor ha dejado después de
cargar la morena en el carro o después de que el atropil ha colocado las gavillas en la morena.
Es también la acción de acercar la mies trillada y aparvada a la parva de forma definitiva. “Está
arrastrando los morenales”.
       También se llama “arrastrar”, a la acción de pasar la rastra para romper los cabones.

ARROÑAR.- Caer, venir abajo las paredes o tapias de tapial o adobe, por efecto de la humedad.. “Se ha arroñado el caseto de la era”.

ARROSIAR.- Se emplea este término para indicar la acción de meter en el horno del pan, en el del carretero para embrasinar los aros, en la hornilla de la alquitara o en la gloria, leña, vides y/o paja para, con su combustión, proporcionen calor. “No te olvides de arrosiar la gloria”.

ASGALLA.- Abundante. “La tierra de la Lomba hogaño ha tenido trigo asgalla”. También se
utiliza con el significado de: sin esmero, sin premeditación, con dureza. “Ha ido asgalla a por
ellos”
         En Villalpando se dice “a esgalla”.

ÁSPERO.- Terreno o tiempo con cualidades opuestas al amoroso. “No se puede sembrar, está el terreno muy áspero”. “¡Qué día más áspero ha amanecido!”.

AVÍO.- Comida que se lleva al campo cuando la tierra está lejos de la casa o no se quiere
perder tiempo en ir y venir a comer a casa. Un avío especial es el que se lleva a las eras por la
tarde para merendar, que recibe el nombre de “Las Cinco”. Esta merienda se realiza después
de haber aparvado, de forma que después de merendar, mientras alguien queda en la era
tirando el pan arriba, otras dos personas van a por un carro de bálago a una tierra no muy
alejada, donde ha quedado algún resto o simplemente para completar la trilla del día
siguiente. “Anda hijo, lleva las cinco a la era”.
         En Villalpando esta palabra no se emplea en la anterior acepción, sino con el significado de arreglo, aprovechamiento. Su adjetivo, “aviado”, se emplea de forma irónica en la expresión, por ej.: -“anda, que ya vas aviado”.

AZUZAR.- Enviscar. “Azuzó al perro para que ladrara al ganado”. En Villalpando se emplea el localismo enviscar, para referirse a la acción de azuzar al perro o predisponer a una persona para atacar a otra.

BAO.- Badén que cruza un río por un lugar poco profundo, donde se colocan unas piedras que
sobresalen por encima del agua, de forma que se puede cruzar pisando sobre ellas y así evitar
mojarse. En San Martín, antes de la canalización del Valderaduey había un bao que
comunicaba el casco urbano con la ribera izquierda del río, muy utilizado sobre todo en verano
por el grupo de pequeños labradores que no tenían era y “echaban” en esta ribera. “Ten
mucho cuidado al cruzar el bao cuando lleves las cinco”.
         En Villalpando, a un lugar como el descrito por el autor, le llamábamos “Zambrana”. La palabra bao la aplicábamos para referirnos, sobre todo, a una hondonada de carretera, o camino, por donde cruzaban las aguas de lluvia.

BIGORNIA.- Pequeño yunque que por un extremo se clava en la tierra y sobre el otro, de forma
cuadrada de aproximadamente 6 – 8 cm. de lado, se coloca la guadaña para ser picada antes
de proceder a afilarla y segar. Este picado se realiza con un martillo especial, simétrico
respecto al mango y con la parte que realiza el golpe de forma alargada. “Clava bien la
bigornia, que no se mueva”.
           En Villalpando, Chencho el herrero llamaba bigornia al junque grande de la fragua.

CABEZÓN.- Cabezada muy sencilla, sin orejeras ni ramal ni otros artilugios, cuya principal
finalidad es atar a las caballerías al pesebre. La cabezada normal se coloca sin quitar ésta. “Ata
bien la mula al pesebre por el cabezón”.

CABRIA.- Apero muy sencillo que sirve para transportar el arado de una tierra a otra o de casa
a la tierra. “Engancha la cabria que cuando terminemos en las Manchadas iremos a la Lomba”.
         En Villalpando se le denominaba el “carretillo” del o de los arados. Algunos podrían transportar dos.

CANTURRAL.- Terreno con muchas piedras, cantos, muy abundante en el Raso. “Hemos
sembrado en ese canturral, del que apenas cogeremos algo”.
     Voz no utilizada en Villalpando.

CAÑADÓN.- Recipiente, como de diez litros, al que cae la leche de las ovejas al ser ordeñadas a mano, consistente en un caldero de forma troncocónica con la base inferior más extensa, evitando así ser derribadoante cualquier movimiento inesperado de la oveja. “Hizo falta ordeñar veinte ovejas para llenar un cañadón”.
      A este recipiente, en Villalpando, se le denominaba “herradón”.

CAPILLO.- Vértice que forma la manta de las caballerías al doblarla longitudinalmente y ser
cosida por uno de los lados menores de ese rectángulo. Cuando se tapaba a las mulas, el capillo de la manta quedaba sobre las nalgas del animal. “Tapé a la mula al revés, coloqué el capillo sobre la cabeza”

CARGA.- Unidad de capacidad equivalente a dos sacos de dos fanegas cada uno, y un peso de 173 kilos “Llevé a la comarcal un carro con seis cargas de trigo”. Se consideraba buena una cosecha de 70 cargas de trigo en una labranza de par de mulas.
Medida de superficie equivalente a cinco yeras o a veinte cuartas. Aproximadamente 14.000 M2. “Se me ha dado muy bien el día. He terminado de sembrar la tierra de las Netas que hace 3 cargas”. Eso con un tractor.

CARRAPATA.- Funda de la pezuña del cerdo, que se desprendía enseguida una vez chamuscado
y se regalaba a los muchachos que comían el mollete, al tiempo que, de la boca, escurrían “bochiqueras” de la suciedad.
         En Villalpando, Antonio, el de Silvano, le decía a Sarita, la de Cobera: -No la laves que está más rica sin lavar.

CASETO.- Edificio de adobe o tapial, de planta rectangular o cuadrangular y tejado a un agua,
de pequeñas dimensiones, aunque variables, que cumplía la misión de almacenar todas las , herramientas y aperos necesarios en la era, así como servir de refugio ante las inclemencias del calor del verano. “En el caseto de la era del señor Dimas cabe hasta un aparvador atravesado”.
          En Villalpando, en el piso de tierra de algunos “casetos” o “casetas”, sembraban un puñico de garbanzos, los echaban agua, para que al nacer y crecer, poner entre ellos el botijo para que refrescara el agua.

CATULINA.- Paliza. “Le dieron una buena catulina”.
        Voz desconocida en Villalpando.

COLLERA, COLLERÍN, COLLERÓN.- Eran los arreos utilizados para uncir a las caballerías al carro y a los distintos aperos, que se colocaban sobre el cuello de las
caballerías, para que pudieran tirar y sujetar a los mismos.
La collera, utilizada para el carro, se ataba por abajo. En la parte superior llevaba asiento y francalete, donde se sujetaba el balancín en los carros de viga y pareja. También, más antiguamente, se utilizaba para, también mediante balancín de madera, donde se sujetaba la lanza, tirar del arado romano.
El collerón era una collera más grande.
El collerín o collarín, era un arreo más evolucionado: se sujetaba al cuello de los animales, con tres correas y sus hebillas, por arriba. Poseía almohadillas y dos fuertes francaletes, uno a cada lado, sujetos a la pieza de madera, con los que se ejercía el tiro.
“Cuando comencé a trillar
era tan pequeño que no alcanzaba a enganchar el collerín”.

CORNIJAL.- Cada una de las dos esquinas de un saco o de un costal. “Le ayudé a cargar el
costal agarrándolo por los cornijales”.
          En Villalpando se dice “cornejal”.

CORRA.- Invitación que se hace a un grupo de personas en un bar. “Esta corra la pago yo”.
         En Villalpando se utiliza más el término “ronda”.

CORTAR.- En la frase: cortar la tierra. Realizar el primer surco con el arado o la primera
maquinada cuando se siembra o se siega. “Tuvo tiempo solamente de cortarla, se le echó la noche encima”

CORTINA.- Tierra de poca extensión en los alrededores del casco urbano. “Detrás de las casas
están las cortinas”.
       En Villalpando se designa a esos trozos de terreno con el nombre de “reñal”, deformación del término “herrenal”, que Luciano recoge.

COSTAL.- Saco alargado fabricado con un tejido fuerte. Un costal en Villárdiga y en San Martín es media carga y caben en él dos fanegas de grano. Estos costales normalmente están grabados con las iniciales del nombre y apellidos de su dueño y con un número. Los que se usan o mejor se usaban por estos pueblos estaban fabricados en Vezdemarbán. “Llevé al molino un costal de cebada”.
      Los mismos fabricantes, que lo eran también de mantas, los vendían por los pueblos. El último en venir por aquí con un carro de varas, con toldo, espejuelos y tapizado en su interior, fue Antonio, “el mantero de Vezdemarbán”. Paraba en la posada de mi abuela Ana. Era muy afable y simpático.


COSTALERO.- Persona que carga y descarga costales. Cuando de llevaba el trigo a la comarcal y
estaba casi llena, había que subir por un tablón, para lo cual hacían falta buenos costaleros.
     De descargar los costales no todos eran capaces cuando la panera iba estando repleta: había que trepar con los casi noventa kilos a cuestas por los tablones sobre el trigo que llegaban hasta los tirantes. (“Aquellos pueblos”!. A. M.)

CUARTA.- Medida de superficie que equivale a la cuarta parte de una yera y a la veinteava
parte de una carga. Aproximadamente 700 M2. “El herreñal de las bodegas hace tres cuartas”.
En Villalpando no se utilizaba la carga como medida de superficie.

CUBRE.-Apero formado por cuatro vertederas pequeñas que profundiza poco en el terreno, volteando la tierra lo suficiente para que las semillas esparcidas a mano queden suficientemente cubiertas.
De ahí que sea una abreviatura de cubresemillas. “ He pasado el cubre a la mitad de la tierra”

CUÉVANOS”.- Conjunto de cuatro cestos de mimbre formando un todo, que se colocan a
lomos de una caballería, cayendo dos a cada lado. Se utilizan principalmente para transportar
uvas y, sobre todo, agua de la fuente y leche de las ovejas, colocando un cántaro en cada uno
de los cuatro senos. Cada viaje de agua de llama carga. “Es necesario traer tres cargas de agua,
pues hay que lavar la tela de los colchones”

CUZO.- Goloso. “En mi casa hay que esconder las rosquillas, son todos muy cuzos”

CHAMUSCA.- Muy fumador. “A mi abuelo Emilio, que no se le caía el cigarro de la boca, le
llamaban de mote chamusca”.
       Es término no utilizado en Villalpando. Si el verbo “chamuscar”, referido a la acción de quemar las serdas al marrano con chamusco, gamazón seco apañado en el verano. También seguimos utilizando el vocablo chamusquina, en la expresión. “huele a chamusquina”, a quemado.

CHINCHÓN.- Chichón. “Con el porrazo que te has dado, menudo chinchón te va a salir”


DENTAL.- Cada uno de los pares de púas (dientes) que tienen en la parte delantera del tablero
las máquinas segadoras, para que se encajen por ellos la mies, facilitando de esta forma el
corte de la cuchilla. “Coloca el dental que falta, no ves que vas dejando rastro” .
      En Villalpando se llama dental a la pieza que forma el costado, en la parte izquierda, del arado, longitudinal al surco.

DISCUENTO.- Descuento. “Hora y media han estado dándose discuentos”. Se emplea en la frase, dar descuento, dar indebidas y excesivas explicaciones.

DURO.- Dentro de la frase: piso duro. La explicación que da Agapito Modroño a esta frase valía
sólamente para las tierras del Raso, de las que no existían títulos de propiedad.

ECHAR A PIES.- Forma de sortear para elegir a los miembros de cada uno de los equipos que
van a competir en el juego. Dos niños colocados uno en frente a escasa distancia avanzan
hasta encontrarse de forma alternativa con uno y otro pie. En el momento del encuentro
ganaba niño al que no le cabía el pie colocado longitudinalmente en el hueco final, pero sí
transversalmente. El niño que había ganado comenzaba a elegir compañero de equipo,
continuando la elección alternativamente de uno en uno. “Antes de empezar tenemos que
echar a pies”

ESGARRADA.- Rota, desgarrada. ”¿Qué te ha pasado, que tienes la blusa esgarrada?”.
       También puede referirse, al menos en Villalpando, a daño, mala acción.

ESPERNIQUEBRARSE.- Romperse algún hueso, músculo o tendón de las piernas y como
consecuencia caminar con dificultad. “Mira ese, anda esperniquebrado”.
        Voz muy poco usada en Villalpando.

ESPIGADERO.- Además de la derrota de mieses, que indica el momento en que las ovejas
pueden entrar en los rastrojos, se utiliza para indicar el lugar de esos rastrojos. “Este año tengo
el espigadero en Farradales”

ESTANTAL.- Escalón necesario para comunicar dos habitaciones que están a distinta altura o
simplemente para comunicar la vivienda con la calle. También se utiliza para esta misma
denominación la palabra BANZO. “Para pasar a la casa había que subir un estantal”.

FACIRUELO.- Albarda de pequeño tamaño y ligera de peso, que se coloca en la caballería sobre
la que va montado el labrador en sus desplazamientos con la pareja, cuando las tierras que se
han de cultivar están alejadas. “Ya tengo cinchado el faciruelo”.
     Tanto el objeto como la palabra son desconocidos para mí, por no existir en Villalpando. El único mullido colocado sobre la mula en que se montaba el labrador, era la manta doblada. También sobre la misma iban las cebaderas.

FARRASPAS.- Resto de las deyecciones que se queda en el calzoncillo. Son frecuentes cuando
se hace del vientre en el campo y hay que limpiarse con un canto. “Es necesario lavar ese
calzoncillo dos veces, tenía muchas farraspas”.
     Es también voz desconocida en Villalpando. A los restos dejados, y no en los calzoncillos, cuando no existía papel higiénico, se les denominaba palominos.

FUCHIQUERAS.- Restos de comida que quedan alrededor de la boca, sobre todo cuando se
come chocolate o una raja de sandía. “Espera que te limpio las fuchiqueras antes de salir”

GABELA.- Grupo de personas que se reúnen normalmente para divertirse. “Vaya gabela que
viene por ahí”.
     Seguimos viendo que el lenguaje en Villárdiga era más rico o con muchos términos distintos al de Villalpando. También desconocemos esta palabra.

GANADO DE HUELGA.- El que es improductivo, no se utiliza ni para trabajar ni da fruto alguno.
Generalmente se aplica a las muletas. “Están abiertas las hierbas para el ganado de huelga”.
     En Villalpando se aplicaba la palabra holgantío para designar a las caballerías que aún no tenían edad de trabajar: muletas, buches, potros. Incluso a las yeguas de vientre, que no solían trabajar

GANADO DE RENTA.- Es el que no se utiliza para trabajar, pero del que se obtienen rentas en
diversas formas. Se aplica el vocablo sobre todo a yeguas de vientre, vacas, ovejas y cerdos.
“Este año necesito menos paja, he vendido todo el ganado de renta”.
     Expresión también inusual en Villalpando.

GAZAPA.- Liebre pequeña. Caída. “¿Qué te ha pasado?. Vaya gazapa que has pillado”.
     En Villalpando se decía “coger una liebre” cuando alguien se caía en el barro y, por ello, se manchaba.

HATAJERO.- Persona que cuida y explota directamente su propio rebaño de ovejas (hatajo). Las
personas relacionadas con las ovejas se clasifican en: GANADERO, que es el propietario de
ovejas, pero que no las trabaja directamente, por tener muchas y no poder atender a todas o
porque tiene otra actividad. HATAJERO, que es el definido ya, y PASTOR, que es el que cuida y
trabaja con ovejas de las que no es propietario. “He vendido la paja que me sobró a dos
hatajeros de Cañizo, cada uno tiene un rebaño de 150 ovejas”

HEMINA.- Medida de capacidad equivalente a un tercio de fanega. “Coge las seis heminas de
cebada que hay en el costal”. Medida de superficie equivalente a 1.166 M2 aproximadamente.
“La josa hace cinco heminas”

HIERBAS MAYORES Y MENORES.- Las de los prados comunales que son aprovechadas por
ganado caballar mular y vacuno las primeras y por ganado ovino las segundas. “A partir de hoy,
ya pueden pastar las ovejas en el prado, han dado las hierbas menores”

HOCICUDO.- Persona que interviene en cualquier conversación para la que no ha sido llamado.
Metomentodo. “Siempre igual, eres un hocicudo”.
     Nueva palabra con distinto significado en Villalpando, donde se emplea para referirse al goloso, a quien le gusta picar de todos los platos.

HORNO.- Está bien definido, salvo en la cubierta. Los que yo conozco no son abovedados, sino
con la cubierta en forma de cúpula realizada con adobes. Además de estar en las eras, eran
también frecuentes en las huertas, para guardar las herramientas y útiles necesarios para su
cultivo. “Se ha arroñado el horno de la era de Ubaldo”.

HORRORES.- Muy abundante, muy grande, excesivo. –“¿Había mucha gente en la plaza?. –Si,
horrores”

HUERTO.- Además de lo dicho, cabría decir que generalmente están cercados por tapias. Las
Relaciones Topográficas mandadas hacer por Felipe II, hablan de huertos murados. “Los
pájaros están comiendo muchos higos en el huerto”.
     La diferencia entre huerto y huerta está en el tamaño. El huerto es de superficie mucho menor, se utiliza para el consumo familiar. Hoy día hay muchos en los corrales. De la huerta viven los hortelanos. En Villalpando, tanto unos como otros no solían estar tapiados. En caso de estarlo, se les denominaba “cercados”.

IGUALICO/A.- Diminutivo de igual muy utilizado.

JARDESCA.- Persona muy mandona, gobernanta, que tiene que influir en la vida de los demás.
Se utiliza siempre el femenino. “Pero ¡qué jardesca eres hija!”
     En Villalpando se utilizaba para referirse a niñas decididas, espabiladas, simpáticas. También le adjetivo “jardo” solían utilizarlo las novias o casadas jóvenes, cuando el novio o marido decía alguna obscenidad o chocarrería.

JOROBIAR.- Fastidiar. ¡No te jorobia éste, ahora con lo que nos viene!

MAJAR.- Además de la expresión: Majar el ajo. Se utilizaba sobre todo para definir la acción de
sacar el grano del cosco y del resto de las espigas que cogían las espigadoras en el campo, para lo que se ayudaban golpeándolas con un pequeño mazo de madera. Las espigas
previamente se habían extendido sobre una manta vieja o sobre trozos de lona de costales.
cosidos. Una vez realizada esta operación se aprovechaba la escasa brisa que algunas tardes se levantaba para separar definitivamente el grano de la pusla dejada por la paja. Estas dos
operaciones de majar y aventar muchas veces se hacían en la calle, a la puerta de la
espigadora, porque algunas de ellas no disponían de corral o porque el viento allí fuera más
favorable. “He estado majando la espiga de tres días” .
     En Villalpando, la “respigadora”, extendía las espigas sobre un trozo de acera así que llegaba del campo, para que les diera el sol de la siesta. Majaban al atardecer y aventaban si había algo de aire.

¡MANDA MECHA!.- Increíble, horroroso, ¡qué barbaridad! –“Ha tardado apenas una hora. -
¡Manda mecha!
Expresión en desuso, sustituida por el “manda huevos”.

MANGAR EL DOS.- Ir caminando. Mangar hace referencia a coger, tomar y el dos hace
referencia a las piernas. “Llegué tarde, así que mangué el dos y en hora y media me puse allí”

MARRA.- Azada que no termina en pico, sino en un filo ligeramente ondulado. Se utiliza para
trabajar sobre terrenos blandos y para remover tierra previamente cavada. “Me hicieron falta
la marra y la pala para cargar los tres carretillos”.
     En Villalpando denominamos marra a la azada cuadrada.


MARRO.- Además del juego, también se denomina marro a la piedra cilíndrica o fusiforme que
se lanza sobre el palo vertical en el juego de este mismo nombre o de la calva. “Estoy
acostumbrado a mi marro y con éste no tengo puntería”.
     Al juego al que se refiere Juan Vidal, denominado calva en otros muchos lugares, es el conocido como “chana” en Villalpando, que no describo por ser de sobra conocida y seguirse practicando. A lo que se denomina marro en Villárdiga, aquí le llamamos “morrillo”. No suelen ser de piedra, sino de madera de encina con un anillo de hierro en sus bordes. A los dos objetos a derribar, tirando al uno desde el otro, se les denomina chana. Confeccionados con madera de encina tienen forma de cono, con el vértice curvado. Su altura puede ser como de unos 30 ctms.

MONA.- Juego infantil, similar al limbo. Es también el dibujo que se realiza en el suelo para
practicar este mismo juego. “Nos han borrado la mona, tenemos que repetirla”.
     Desconocida en la villa esta denominación del juego del limbo.

MORRAZO.- Caída, morrada. “¡Vaya morrazo que te has dado!”
     En Villalpando se dice simplemente morrada.

MOYO.- Persona torpe, a quien hay que repetir las cosas. “No se entera de nada, es un moyo”.
     A mí me gusta, o gustaba, porque van quedando pocas, conversar con personas de Villárdiga y San Martín. Recuerdo al Sr. Manolo Ruiz, a Alonso San Juan, al Sr. Jesús Gago, a Calixto, Severiano…; con la inolvidable y malograda Marisa Benayas; todavía puedo hacerlo con Emilio Vidal, padre del autor de este trabajo, porque poseían un rico vocabulario y una acertada sintaxis.
      Este adjetivo, “moyo”, totalmente desconocido para mí, me lo demuestra.

NAVIDAD.- En la expresión: Hacer navidad. Que se utiliza cuando un mozo por año, por el
motivo que fuere abandonaba la casa del amo antes del término del contrato. ”Hizo navidad
en casa de Fernando y se marchó a los saltos”

OX.- Se utiliza siempre de forma repetida: Ox, ox, ox, para que las gallinas se separen del sitio
donde se encuentran. Viene a ser el antónimo de: Tes, tes, tes.
     Como es voz, interjección para espantar a las gallinas, que nunca vi escrita, no sé si habría que hacerlo con “x” o con “s”. ¡Os, os…!

PARDAL.- Pícaro, granujilla. Quizá venga de pájaro de cuenta. “¡Buen pardal que estás tú
hecho!”
     Es, sin duda, adjetivo tomado del sustantivo pardal, nombre dado en esta comarca a los gorriones, que son ladronzuelos y pícaros.

PARRO.- Pavo. “Pasas más hambre que los parros de la señá Regina”.

     En Villafáfila y pueblos limítrofes a las Salinas, se denomina “parros” a los patos. En Villalpando no se utiliza este nombre para los pavos.

PARVA.- Además de la definición, convendría aludir a la forma, que se asemeja a la de un
tejado alargado a cuatro aguas y rematada por dos pequeños picos en los extremos. “No hubo
parvas mejor hechas que las de los hijos del señor Bernardo”. Cuando la cantidad era pequeña,
por ejemplo de garbanzos, no se hacía una parva, sino un montón en forma de cono.
     En Villalpando se utiliza también en la acepción, “echar la parva”. Trago de aguardiente con un cacho de pan que tomaban, en las madrugadas, como desayuno muchos trabajadores del campo.

PASAR LOS VERDORES.- Frase aplicada a las personas solteras que estaban entrando en la
madurez, dejando atrás la llamada edad de merecer. “Cómo no te des un poquito de prisa, se
te pasan los verdores”.
     Expresión no utilizaba en Villalpando.

PATEJA.- Cada uno de los agujeros realizados en las paredes del palomar, donde las palomas
ponen sus huevos. Antes de que los pichones puedan volar, se les cortan unas plumas de las
alas (los vuelos), permaneciendo de esta forma en las patejas, hasta que tienen el tamaño
deseado para ser comidos. Para acceder a las patejas más altas, que generalmente es donde
más pichones hay, se escala poniendo los pies en las patejas de las dos paredes que conforman
los pasillos del palomar. “Hemos mirado muy bien en todas las patejas”

PERDIDO.- Persona muy gastadora. Manirroto. “No tiene un duro. Es un perdido”

PETACO.- Disco de hierro que se utiliza para jugar a la tarusa. Siempre es un par y
normalmente se lanza el primero con fuerza, intentando derribar la tarusa y alejarla mucho del

sitio que ocupaba, y el segundo, si la tarusa ya está derribada, se intenta acercar a lo que la
tarusa tenía encima (santos o dinero), de forma que quede más cerca de esto el petaco que la
tarusa derribada, ganando todo lo que estaba más próximo del petaco que de la tarusa. “Ha
derribado la tarusa, pero el petaco se ha ido muy lejos y no ha ganado nada”.
     A estos discos de hierros en Villalpando se les llama doblones. A la acción de derribar la tarusa y desparramar lo jugado, se le denomina “hacer la cama”.

PICAR LA MOSCA O LA MOSCARDA.- Se utiliza en la frase: “Me ha picado o te ha picado la
mosca”, para indicar lo perezosa que la persona está en ese momento.
     Expresión también inusual en Villalpando.

PIERRINES.- Que tiene los pies pequeños. “Tienen que hacerle el calzado a medida. Es un
pierrines”.

     Aquí, a los tal, les decimos "piecines".


PINTA.- Pícaro, granuja. Sinónimo de pardal.

PISO.- Invitación que realiza a los mozos del pueblo, el forastero que ha conseguido el amor de
una moza de dicho pueblo. Suele consistir en una merienda o en la bebida que se consume
una noche de fiesta. En alguna ocasión que el novio se ha resistido a ello, ha sido tirado al
pilón. Se realiza normalmente un domingo y el novio ha sido advertido el domingo anterior.
“Parece que Pepe viene en serio, el domingo pagó el piso”.

     En Villalpando a esta acción se le llamaba “pagar la ronda”. Me imagino que a Juan le tocaría pagarla, pues buena moza del pueblo se llevó.

PUJABANTE.- Herramienta que utiliza el herrador para limpiar los cascos de las caballerías
antes de colocar las herraduras. Se asemeja a un cortafríos. “Cogió el pujabante, lo afiló y dejó
los cascos limpios y planos, ajustando perfectamente las herraduras”.

PUNTAL.- Extremo, vértice de una finca de grandes dimensiones. En Villárdiga y en San Martín
se aplicó siempre a los extremos de la dehesa y del monte Coto. “Los cazadores se vieron en el
puntal del monte”.

PUNTO.- Cada uno de los jugadores que interviene en una partida de cartas, dominó etc. y
sobre todo si se juega dinero. “Alrededor de la mesa había cinco puntos” Persona que no es de
fiar, desvergonzada, poco escrupulosa, aunque cuando se utiliza con este significado se suele
acompañar del calificativo filipino. “¡Buen punto filipino estás hecho!”
     Acepción no utilizada en Villalpando.

QUIÑÓN.- Cada uno de los lotes, de tierras sobre todo, que se realizan para el reparto de una
herencia. “La Aguardientera ha entrado en el quiñón de mi hermano”.
     En Villalpando se utilizaba esta palabra para designar las porciones, de diez yeras, arrendadas en el “Monte de las Pajas” a cada labrador. Lo normal es que cada uno utivera arrendados, al menos, dos quiñones, puesto que el sistema de cultivo era el de año y vez: uno de barbecho, otro sembrado.

RECONOCIMIENTO.- Ceremonia que se realiza después de celebrado el matrimonio
consistente en la invitación que hacen los padres del contrayente a la familia directa de la
contrayente (padres y hermanos), normalmente a comer en su casa. Cuando la luna de miel no
consistía en un viaje, esta ceremonia tenía lugar el primer domingo de la primera semana
después de la boda. “Hoy es el reconocimiento de María del Carmen”.
     Estamos ante una costumbre y palabra inexistente, también, en Villalpando.

RESPINGAR.- Salpicar. “Cómo el tejado no tiene canalón, el agua respinga mucho la fachada”.
     Muy parecida a la palabra anterior es el verbo RESPINJAR, aplicado en Villalpando a la persona que, por jadeo, acezar, o por enfermedad respira con dificultad.

RÍNFANOS.- Testículos de los cerdos. Criadillas. Normalmente se los llevaba el capador para
comérselos. “¡Qué rínfanos tan enormes tiene este verraco!”

ROER LA SOGA.- Romper un compromiso. Dejar de hacer algo que se ha comenzado. “Está sin
terminar. Felipe ha roído la soga”.
     Vocablo creo también exclusivo de Villárdiga y San Martín. Al menos en Villalpando no utilizado.

ROPÓN.- Pedazo de manta o de saco que se coloca en las caballerías por debajo de algunos
arreos, sobre todo por debajo de colleras y collerines para evitar rozaduras. “Puso el ropón
debajo de las correas y hebillas del collerín”.
     En Villalpando se utiliza esta palabra para designar a una especie de fino colchoncillo, confeccionado con trozo de manta y/o sábanas viejas, que se coloca debajo de la sábana de los niños por si se hacen pis en la noche.

RUBIALES.- Persona rubia. “Los hijos de José y de Teresa son todos rubiales”

SARIANA.- Prenda de vestir similar a la cazadora o casaca, normalmente de colores beige o
gris. Es un derivado de sahariana. “Compré la sariana en el Comercio Grande”

¡TELA!.- Suntuoso, grandioso, importante. En el triángulo que durante algunos años utilizó la
peña “Tócame Roque” en las fiestas para protegerse de los toros, se leía la siguiente
inscripción: “Villalpando ¡Tela!. París, Londres. ¡Qué sabe nadie!”

TELARES.- Se emplea en plural y con ello se refiere a una persona desordenada. “Antonio
nunca encuentra lo que busca, es un telares”

TERRAO.- Planta silvestre que se desarrolla en sitios arenosos (en las Manchadas, en
el Raso), con cuyos tallos, una vez cortados y secos se confeccionan escobas que se utilizan
sobre todo para barrer las eras y los corrales. “En los linderones de las Manguillinas hay mucho
terrao este año”.
     En Villalpando a esta planta le llamamos ajugera. A las escobas confeccionadas con la misma se les llama “escobas de agujera”.

TIRAR EL PAN ARRIBA.- Colocar en la parva la mies previamente trillada y puesta en sus
inmediaciones con el aparvador. Es una de las últimas tareas del día en la era. “Mientras
nosotros hemos acarreado las últimas morenas de la Ruiza, Marcelino se quedó en la era
tirando el pan arriba”.
     Expresión no utilizada en Villalpando.

¡TO!.- Admiración ante una noticia que parece increíble. “-Se casa Pedro. -¡To!, no fastidies”.
    Esta es la exclamación típica de Toro y su alfoz. Puede que llegue, si acaso, hasta Belver de los Montes, de donde, por ser términos limítrofes, pudo saltar a San Martín y Villárdiga. Por supuesto, totalmente desconocida en Villalpando, donde, para expresar admiración o sorpresa, tenemos el “¡arrea!” que nos caracteriza.

TORMENTO.- Persona de vida poco edificante, a quien no vale la pena imitar. “No le hagas
caso, es un tormento”.
      En Villalpando se aplicaba a las mujeres alocadas.

VUELTA POR SAN JUAN.- Arada somera que se realiza en las tierras que tienen broza en los
alrededores del día 24 de Junio. “Con adelantarse tanto el verano, este año no hemos podido
dar la vuelta por San Juan”.
    Aquí se refería a la segunda vuelta de arada que se daba a los majuelos.

YERA.- Medida de superficie equivalente a cuatro cuartas o a un quinto de carga.
Aproximadamente 2.800 M2. “El ruble de la Porrona, que hace dos yeras y media, me ha salido
este año a tres cargas la yera”.
     Esta joya de palabra, que ha sucumbido ante la hectárea, creo no excedía los límites de los trece pueblos de la “Tierra de la Inmaculada”.

YESCA.- Se utiliza en la expresión “dar yesca” para animar, estimular, arrear a las caballerías, a veces con la voz y a veces con la tralla. “Para terminar tan pronto, has tenido que haber dado yesca de lo lindo”

ZARACIAR.- Caída de cristalitos de hielo, mezclados con pequeños copos de nieve, en un día
muy desagradable, frío y ventoso. “No se puede andar por la calle, está zaraciando”

ZOLETA.- Azada pequeña, que se maneja con una sola mano utilizada sobre todo para
escabuchar la hortaliza. “Se ha quitado el mango de la zoleta”. También se utiliza la
denominación: zoletín.

                                             -------------------------------------

CARTA DE JUAN VIDAL GAGO A…

D. LUCIANO LÓPEZ GUTIÉRREZ


Después de una atenta y minuciosa lectura de su libro: Esbozo para un vocabulario

de la Tierra de Campos zamorana”, que me produjo gran satisfacción, sobre todo por mis
orígenes agrarios, a los que ni puedo, ni quiero, ni debo renunciar, me he permitido la licencia
de anotar algún término más, que deseo enviarle, por si entendiera que cualquiera de ellos
pudiera serle útil para posteriores ediciones.

A pesar de que mi vida profesional se ha desarrollado en Daimiel (Ciudad Real),

donde me he encontrado y me encuentro muy a gusto, pues aquí continúo viviendo aun
después de jubilado, soy natural de Villárdiga, a donde voy con frecuencia, pasando muchos
ratos en Villalpando, en donde espero verle en alguna ocasión.

Además del vocabulario que le sugiero, me permito también indicarle otros dos

aspectos, nimios ambos por si también tuvieran utilidad:
En la página 17, después de hablar de Villalpando (pueblo), creo que establece los
límites de Villalpando (partido judicial).

En la página 42, los vocablos: AGENIJO, AGONIA y AGOSTERO, ¿no deberían preceder

al vocablo AGUEDAS?.

Disculpe estas intromisiones. Espero saludarle en alguna ocasión.
Un abrazo lleno de paisanaje.

Juan Vidal Gago.



NOTA BIOGRÁFICA:
Además de lo aportado por él, sobre todo en la carta a Luciano, para dar más descuento del autor de este trabajo, he de decir que es hijo de Emilio Vidal, un señor a quien vemos pasear por Villalpando.
Maestro no ha mucho jubilado. Fue Director del Colegio. Formó parte de los tribunales de oposiciones al cuerpo. Comparte con Luciano, con servidor, el amor a nuestras palabras.
Para más señas hemos de decir que está casado con Amparo Allende de Anta, hija de Julián (fallecido joven en desgraciado accidente de tractor), y de Amparo, quien tuvo tienda en la calle Zarandona. Y, por si no fuere bastante, cuñado de “Masete”.
Junto con la malograda Marisa Benayas, a quien quiero ahora recordar, eran la gran pareja de docentes naturales de Villárdiga.
Deseo en mis aclaraciones no se vea comparación que intente superioridad villalpandina (además caro les salió a los de Villalpando por ir haciéndose el chulo y el patoso a Villárdiga), sino simplemente afán de enriquecer aclarando.

Deseo les guste.
Paz y bien a todos.

A. Modroño Alonso.

5 comentarios:

Pablo Román ASllende dijo...

Me encanta el trabajo de Juan. Siempre nos hemos tratado de primos y mantenemos una excelente relación. Nos vemos y parlamos siempre que va a ver a su querido padre a la Residencia.
Naturalmente que, conociendo a Luciano, tratará de acomodarlos en alguna nueva edición.
Un abrazo para los tres.

Administrador dijo...


¡Gracias Pablo! ¿Dónde andas que no te veo por aquí?

Pablo Roman Allende dijo...

Es que Dani, mi primer nieto me "roba" todo el tiempo del mundo.
Ya nos veremos y charlaremos.
Un abrazo.

Administrador dijo...



¡Enhorabuena por ascender de categoría! Yo sé la alegría que dan los nietos. Lo malo es cuando se van haciendo grandones. Lucho contra el complejo que me entra al ver a nuestro Pablo de 1'85, y creciendo. No sé si Álvaro o David nos darán algún otro nietecito.

Tu das bien la imagen de abuelo. En cambio Reyes, como saque de paseo al bebé, le preguntarán si es suyo.

¡Pues nada!: que disfrutes con Dani. ¿Y a ver qué le enseñas?

Anónimo dijo...

Apreciados amigos:
No me he enterado hasta hoy de la carta de Juan Vidal Gago, por lo que siento no haberle agradecido antes sus valiosas aportaciones y la atención con la que ha leído mi humilde trabajo.
Evidentemente, si hubiera una nueva edición del libro, tendría muy en cuenta los despistes que me señala y algunas de sus interesantes observaciones: los estudios del léxico de una zona deben estar abiertos a las aportaciones de distintas personas, porque nadie puede dominar todo el vocabulario de su pueblo, y mucho menos si no vive allí, y se ha criado lejos.
Hay algunas palabras que ya conocía, por ser bastante generales, como "piso" 'lo que pagan los forasteros a los mozos del pueblo por haberse echado novia allí' o "azuzar", que es más general que "enviscar"... Otras son variantes como "bao", que me da la impresión de que es "vado", o "antruejo", que es un sinónimo de carnaval bastante corriente...
En fin, tengo que ver los términos más detenidamente, con más tiempo.
Por supuesto, a mí también me gustaría mucho conocerte y, si quieres ponerte en contacto personalmente conmigo, nuestro amigo Agapito te facilitará mi dirección informática.
Te reitero encarecidamente las gracias, y aprovecho la ocasión para enviaros a todos sinceros abrazos y mis mejores deseos.
Luciano.