¡QUÉ POR MAYO
ERA POR MAYO, CUANDO HACÍA EL CALOR,..!.
Salgo al
corral cuando el sol remonta por encima del cine. El cielo es azul
“purísima”. Veo que Jesús ya rato marchó a segar. Las gallinas me cacarean
su ración. En el huertecillo las plantitas de tomate y pimiento tienen el
frescor de la mañana. En sus alvéolos el cepellón de melón me pide trasplante.
Álvaro me manda a la nave, que viene uno de Quintanilla a por la pinza para
recoger bolas. En mi oficio de recadero, (se nos acaban las provisiones y he de
ir a la compra) perillán, hortelano ya tengo trabajo para la mañana.
Es una
delicia salir al campo. Me pongo a cantar: “una
mañana de mayo cogí mi caballo y me fui a pasear,….”. ¡Es tan efímero este
verdor castellano-leonés, al tiempo que prometedor!.
Después de
las segunda aguas, los otros cuarenta litros de los días de “Santa Cruz”
(¡menos mal que este año cambió la helada por la lluvia!), llegaron las calores, el campo pegó el
espurrión, espigan las cebadas, los trigos se encañonan, florecen vezas y
guisantes; las alfalfas ya tienen la corta, más bien media, o menos, en la
mayoría de los alfalfares, por culpa de los fríos de abril, y por el coco.
En casa, se
nos junta todo: preparar y sembrar girasoles, echar el herbicida antes de que
nazcan, pues con este tempero y calor,
se vienen detrás de la máquina, segar e hilerar alfalfas, recoger bolas y
pacas, insecticida a los trigos contra el “tronchaespigas”, que arruina las
cosechas; y, como parece que no va a llover (dentro de unos días a los
sembrados les vendría de perlar, sobre todo si nos deja secar, empacar y
recoger los forrajes), tendremos que poner “el cañón” para regar un cacho trigo
de catorce yeras. En estas labores nuestros hijos echan muchas horas. En los
días de más apuro los relevo a la hora de comer, para que no pare el tractor.
De ahí que tenga un poco abandonado el blog; porque también ando en el melonar.
Lo sembrado con pepita y tapado con vasos de plástico, ya me está naciendo. Hoy
he comenzado el trasplante de planta en cepellón; he sembrado pepinos,
calabacines,…
Y así andan
los labradores y pastores, todos muy ocupados. Entre los pocos que quedan, y el
apuro de las faenas, no sé si habrá mañana alguien para llevar a San Isidro,
¡con lo fiestaza que era antes, con hoguera, baile y limonada ya la víspera,…!.
S. d. q.,
seguiremos informando.
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