sábado, 7 de mayo de 2011

LA REVOLUCIÓN DEL ENSILAJE.

Pues resulta que en toda la “Tierra de Campos”, y en la del “Pan” provincial, al calor de las ayudas para que coman las avutardas, ha aumentado mucho el cultivo de alfalfa.

A pesar de contar con la mayor cabaña de ovino de España y, en este pueblo, con tres grandes explotaciones de vacuno extensivo, en los años normales hemos de exportar forrajes.

Este año, ¡ni les cuento!. Con esta primavera tropical de que estamos disfrutando las alfalfas, vezas, guisantes, avenas forrajeras, están salvajes.

El gran problema es la seca, el henificado, para poderse empacar en buenas condiciones, ya que llueve cada poco. Con los cortes de este año, son necesarios para ello, de ocho a diez días sin lluvia. Para quien no sea del campo, aclaro que éstas, caídas después de la siega, estropean el forraje.

El heno de alfalfa, “la alfalfa en rama”, la reina de los forrajes, cuando se consigue un buen secado, empacado en grandes balas, (“paquetones”) de 400 kilos, tiene buena comercialización, sobre todo si el agricultor posee nave donde guardar. De todos modos existen empresas, una en Medina del Campo, que los compran para exportarlos a los países árabes, principalmente.

Una solución para la conservación es la deshidratación artificial. En lugar de con sol, con gasóleo. Nada más segado se recoge y transporta a las deshidratadoras. En el troner, mediante aire muy caliente, le quitan el agua. Luego la empacan en balas muy compactas, atadas con alambre, de alrededor de 800 kilos. O la transforman en gránulos o harina.

Este sistema lleva un elevado coste. A pesar del buen precio al que venden, ahora sobre 30 pts./kilo en fábrica (el producto es de una gran calidad), del escaso precio que pagan al agricultor, la deshidratadoras obtienen rentabilidad gracias a las subvenciones PAC a la desecación de forrajes.

Otro sistema de aprovechamiento del forraje, conocido y practicado desde hace muchos años, en la España húmeda y ganadera, es el ensilado.

Un invento ha venido a facilitar enormemente este proceso: las empacadoras de balas circulares, “bolas”, que, al tiempo las plastifican, con lo que se crea microsilos. Se siega el forraje, y a las 24 o 48 horas, (conviene cierto secado), se empaca. Y ya da igual que llueva.

Según mis investigaciones, a pesar de tener más agua, un kilo de buen ensilado de alfalfa contiene un 22% de proteína, y mayor valor energético, más calorías, resumiendo, más alimento, que un kilo de heno.

Como en el henificado se pierden dos terceras partes del peso de la alfalfa, al menos, de silo vamos a obtener tres veces más kilos, con lo que, a pesar del coste de plásticos, aditivos, transporte,… se multiplicarán por tres las cosechas y se abaratará el producto. Problema: ¿quién va a consumir tanto forraje?.

Pues además de vacas y ovejas, los terneros de cebo. Estos, hasta ahora, sólo comen paja y pienso, (cereales, soja y minerales a discreción). Con una ración de ensilado de alfalfa, pueden suprimir en un 70% la de pienso, que está muy caro.

Esta abundancia de forraje en Tierra de Campos, bien aprovechada, guardando de los años buenos para los malos, (“las bolas” se conservan años), con esta revolución del ensilado para engorde de chotos, incluso para cerdos, podemos ser, en carne, leche, queso, la despensa de Europa, o mejor: de los países árabes petrolíferos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Agapito.
¡
De que no nos darás lecciones!
Lo que expones, lo conocen los dueños de explotaciones ganaderas de la zona?.

Hace años que deberias desempeñar responsabilidades sobre agricultura en la Junta de C/L.a ver si Rosita la tambien valorada y los votos, te dan una oportunidad. El campo de nuestra tierra y nuestros pueblos estan en deuda contigo.

Saludos.
Ramón.