martes, 30 de marzo de 2010

sábado, 27 de marzo de 2010

LAS LABRANZAS DE MI INFANCIA.

Como no sé si existirá algún censo de cuando el número de labradores llegó a su apogeo, lo que debió ocurrir entre los años 1.950-1.955, que es a cuando alcanza mi memoria, voy a ir enumerando a todos los que recuerde. Habrá omisiones, sin duda, por eso pido colaboración a los lectores.

La labranza mayor, con mucha diferencia, era la de la Dehesa "El Encinar". Propiedad de la amilia López, que la compró, por esos años a los Covaledas. La superficie total de la dehesa, antes de ser desgajada, era unas 9o0 has.. Había más de 200 de monte cerrado, el resto de encinas, entre las que se sembraba cereal. Puede que este no fuera el mayor aprovechamiento por aquellos años, sino la madera, el carbón vegetal, el cisco, la leña, cabras, ovejas, marranos camperos, los famosos ibéricos de ahora.

En la dehesa vivían unas cuantas familias. Los dueños en la casa del medio, la de "Cotorruelo", aunque también tenían casa arrendada en el pueblo, puesto que había abuelos, hijos y nietos. Los leñadores, carboneros, cisqueros, pastores, vivían en chozos construídos con ramaje de encina. Los recuerdo.

La otra gran finca, "El Monte de las Pajas", de unas 600 has., la labraban en renta, repartida en "quiñones" de diez yeras, la mayoría de los labradores de Villalpando.

Detrás de ambas, El Raso Comunal, donde todos los labradores, incluso los ricos, tenían "viesas".

La otra finca, donde también había casa y vivía una familia, era "El Valle de las Urnias", conocido como "El Valle", a secas. Serían unas 80 has., la mayoría de monte y pradera. Había vacas, bravas, en alguna época.

Ahora ya pasemos a las labranzas del pueblo.

CASAS GRANDES: Las de tres o más pares de mulas, en algunas ovejas, majuelos, bodega, vacas, corrales llenos de animales, mozos, agosteros, criadas,..

Aurelia Rodríguez Paniagua, "La Viuda".

Hermanos Fernández Arguello, "Los Piteras".

Hermanos Allende Ortega, "Los Chicharros".

Hermanas Álvarez Fernández, "Las Gallegas".

Luis Mazo Ortega. Este cultivaba lo de los otros dos hermanos, Isabel y Pepe, "El Farmaceutico". Convirtió muchas yeras en regadío, para cultivar remolacha. Fue el más innovador y el que más jornales daba.

LABRANZAS DE PAR Y MEDIO A DOS PARES Y TIERRAS PROPIAS, ALGUNOS PARTE EN RENTA, PERO QUE COGÍAN OBRERO AUN FUERA DE LA RECOLECCIÓN.

Los de D. Lucas, de la que se había separado ya uno de los hijos, Francisco Cepeda Lucas.

Obdulia Lucas, la madre de "Los Curreros", Adolfo, Luis, Marino y Matilde.

Máximo Cañibano Mazo. Labraba también "Los Campos", propiedad de su cuñado Ángel Pulido Mazo.

Tomás Allende Paniagua, aunque esa labranza ya la conocí repartida entre los hijos, Julian, Paco, Tomasín y Amparo, esposa del anterior Francisco Cepeda.

Marcelino Allende Paniagua.

Pablo Allende Paniagua.

Ramón Allende Paniagua, "Manchao".

Laurentino Anta, "El Calduvero", esposo de la hermana, Vicenta, de estos Allende Paniagua.

Aurelio Núñez Alonso. En la que trabajaban, conjuntamente sus hijos Vitalino, y Antonio Núñez Baena, "Los Baenas".

Hermanos Riaño López, "Los Contreras", Mateo, Cándido y Antonio.

Pablo Riaño Riaño, "Covera". Tenía par y medio, aunque lo de medio par correspondía a tierras que traía en renta, de "Huesines". Trabajaba él y el hijo, cogían obrero a temporadas. También las hijas iban a coger legumbres, almendras y a vendimiar.

Cecilio Fernández Argüello, el señor Cecilio. Tenía labranza aparte de la de los hermanos solteros, "Los Piteras".

Ángel Fernández Argüello, "Angelito Tragayeras". También hermano e igual que el anterior. Luego, al formar Cooperativa, se unieron de nuevo, las tres labranzas. Así siguen, pues vive la hermana menor de 91 años. Esta labranza es actualmente la de, posiblemente más superficie, dentro del término, y mejores parcelas.

Ángel Martínez, "Peliblanco", con sus yernos Agustín Fernández y Marcelino Allende. También labranza grande.

Filomeno Alonso. Trabajan tres hijos: "Pepito", Amosín y One. Además de labranza tenían yeguas, vacas y ovejas con pastor.

Olegario Alonso de parecidas característica al hermano anterior.

Pablo García Fernández, "Balastrera". Vivía en la calle Olleros. No tuvo hijos.

Ángel Fernández, "Chabolo", esposo de Servilia Riaño Riaño.

Faustino Allende, "Brina".

Vicenta Alonso, e hijos, "Los Barriles".

Matías Alonso Alonso.

Teófilo Bariego Morales e hijos. "Los Correas".

Emiliano Suena, "Chuchis". Era Abogado y tenía mozo de año

Ivo y Acacio Riaño, "Los Ivos". Labraban tierras en renta de "Las Huérfanas".

Vicente Allende Luna, también tierras en renta de la misma "Capellanía", Fundación Licenciado "Antonio Sánchez", del siglo XVI.

Manolo Núñez Alonso. En renta la mayoría de las tierras, con mozo de año, no obstante.

LOS DE PAR DE MULAS SIN OBREROS, POR TENER HIJOS, SI ACASO EN LA RECOLECCIÓN,

DINASTÍA DE "LOS PINTORES".

Indalecio (todos le llamábamos "Coco", padre de Constan, de Luis,.... ) Infestas Boyano. Tenían la burrica negra más ligera y andadora del pueblo.

Lorenzo Infestas Boyano.

Mariano Infestas Boyano.

Antonio Infestas Boyano, "El Rojo, el pintor".

Teodoro Infestas Boyano, "Pernales".

Acacio Infestas Boyano.

Cándido Vega, esposo de la única "pintora", Quiteria Infestas Boyano.

DINASTIA DE LOS CAMILOS.

Cándido Boyano Chimeno.

Indalecio Boyano Chimeno, "Peterete".

Ciriaco Boyano Chimeno, con Alejandra Martínez, viuda de su hermano Jesús, y hermana de Servilia, esposa de Ciriaco. Tenían también alguna vaca y carnicería.

Macario Boyano Chimeno, "El Chulo". El hombre más habilidoso, elegante, buena persona, y trabajador que he conocido.

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Pío Pérez Mulero. "Echaba" frente a su casa, compartiendo la era, donde hoy están los silos, casa huerto, de la carretera de Madrid.

Eustaquio García, hasta que vendieron las tierras para montar la serrería y el tejar. Después los herederos las han recuperado con creces. Labraban con vacas. También tenían de leche. Yo iba, de niño allí a comprarla. Somos vecinos.

La señora Áurea Allende y su hijo Timoteo Allende, "Timorate".

Venancio Redondo.

Francisco Lucas, "El Currero".

DINASTIA DE LOS MARCOS.

Antonio Mazariegos Mansilla, padre del torero.

Eleuterio Mazariegos Mansilla.

José Mazariegos Mansilla.

Segundo Mazariegos Mansilla.

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Mi abuela Ana Alonso, y su hijo Pablo Alonso Alonso.

Teófilo Alonso Alonso.

Aurelia de Prada, "La Tachuelera". tenían la era al lado de casa, donde está hoy el almacén de materiales de construcción de Mari Carmen, la de Casto.

Julio "Cabañas".

Juanito de la Puente. Fue labrador antes de tener ovejas, ya con su hijo, aunque venía de padre pastor. Tenía un carro de varas nuevo y bueno, construido por el Sr. Silvano, que nos dejaba en vendimias para recoger orujo.

Ramón Morales, con su hijo "Torín".

Fracisco Cepeda Herrero, "Lizondo".

Cleofé Mazariegos.

Tomás Martínez, "El Lolo". Trabajaba en el Ayuntamiento. Recuerdo de crío a su hijo Tomasín, todavía con las mulas, hasta que, pronto, emigró.

Frutos Martínez Ferrero. Quesero de toda la vida. Como les iba muy bien con el negocio, en aquellos años compraron alguna tierra y montaron labranza.

Francisco Riaño, "Pacorro".

Regino Barrios.

Publio Sánchez, "El señor Publio".

Félix Alonso Herrero, "El Roiso". Padre de Arístides.

Pedro Alonso Herrero, "Manzano". padre de Cachulo. Tenían también panadería.

Estanislao Alonso Herrero. Labrancica más pequeña que la de sus hermanos anteriores.

Julián Alonso Morales, "El Nene".

Josefa Chimeno Luna, y sus hijos, Domingo, "Muralla", Pedro y Angelito,"Los Espinacos". Por los años 50 tuvieron la labranza junta con la de mi abuela, hermana de la anterior,

María Chimeno Luna, viuda de Gregorio Modroño, con los que me crié. Mi padre y mis tíos, "Los Modroños", no eran considerados como labradores, sino aguardienteros, aunque el menor, David, pasaba dos meses podando e injertando majuelos. También él, y tío Antonio iban a labrar con Pedro y Angelito Espinaco. Mis tíos habían comprado las pocas, regular para la época, tierras y majuelos que tenían.

Luciano López, "El Tobo".

Gregorio Martínez, "Goyo el Cacharrero".

Aurelio Núñez Alonso, "Bastian". Era guarda del campo. El hijo labrador, de muy joven, Evencio, hasta que estudió "Magisterio".

Martín Sampedro. Continuan los hijos.

HIJOS DE LA SEÑORA JUANA.

Isaías Alonso.
Herminio Alonso. Éste emigró muy pronto.
Justiniano Alonso. Emigró siendo ya mozo su hijo "Neme"
Vitaliano Alonso.

Virgilio González Gutierrez, "Pelujo". (¡Ves Isidro como no me había olvidado!).

Toribio García Rodríguez, "El Pelesín". Labraba con burros. Su principal activo era "La Albillera".

Felipe Espinaco, "Paquete".

Nazario y Eloy ("Zapico") Sampedro.

Gregorio Lobato, "Goyo el Chocolatero". Tenía un carro de varas azul, y un caballejo. Traía las mercancias del tren de Castroverde.

Benigno de Prada, "Grillero".

CONTINUAMOS LA RELACIÓN CON LOS MÁS HERÓICOS, QUIENES LABRABAN, LA MAYORÍA EN "EL RASO".

CASTAÑONICOS.

Francisco Alonso Castañón, "Cosco".
Isaías Alonso Castañón, "Muralla".

SOBERANOS.

Laurentio Vázquez, padre de María.

Aurelio Vázquez. Labraban en el Raso más cercano y de mejor calidad. Tenían también vacas.

Esteban Martínez, luego su hijo Cesáreo Martínez Luna. "Pajalargas". Este fue el último que labró con mulas, que segó, acarreó, trilló, hasta los años ochenta, con una pareja de "mucho poder", que compró a Cañibano

GARIBALDES. Eran una familia muy numerosa. Los que sobrevivieron a la guerra, (fusilaron a tres hermanos), creo siguieron con esa labranza, todo de tierras en el Raso, y tan lejos que, incluso, antes de la guerra, hicieron allá una casica y una era empedrada. Debieron seguir con labranza en los primeros años 40. No los recuerdo. Emigraron todos.

José Prieto, "El Tuerto". Padre de Valeriana, José, Mariano, Antonio.

Mariano Suena; "Cartero de Tapioles", cuñado del anterior. También tuvo pequeña labranza.

Máximo Mazariegos y su hijo Pedrín, "Los Gatos".

Modesto de Caso, el de "·La Huerta Grande".

Mi querido Boni, "El Pedrín". Escalofriante oírle contar su lucha labrando quiñones de "El Monte de las Pajas", hasta que, todavía joven, emigró a Asturias.

José Mazariegos, esposo de una Guaza, (apenas los recuerdo, falleció muy joven) padre de Silicia, Josefina, Florín, etc...

"Morgate", padre de Lucilo y Ulpiano, etc. Pasó de los burros a dos mulicas. Hacía portes a Zamora con el carro.

¿Domingo Deza?, el marido de "Caina", Leocadia Redondo Morales.

Domicio Redondo, "Manteime". Tenía labranza de una mula.

¡Bueno!: Ya no me descabezo más. Si alguna "echan en falta", lo digan. Creo que en la relación hay, de las grandes a las pequeñas, unas cien labranzas. No creo en toda la región hubiera otro pueblo con ese número.

Además trabajaban también algo de tierra, al menos diez o doce hortelanos. Todos tenían un burro. También obreros, o medio obreros, que tenían algún majuelo y burro.

Quiero con este recuerdo rendir un homenaje a tanto sudor, a tanto desvelo, a tanta necesidad.

Sugiero se levante un monumento al labrador arando con su pareja de mulas. Se podría instalar en el parque de "La Puerta de Villa".

5 de abril: Otras cuatro labranzas bregadoras se me habían quedado en el tintero:

Victorio Fernández, "Chistera". Los hijos, ganaderos después, la han aumentado.

"Teo" Sánchez, "Forrús", cuñado del anterior.

Manolo Vega, "Brillantina". No lo había citado porque en la época a que me remito, no sé si había montado o no la labranzá. Aunque venía de familia labradora, su actividad principal era la droguería en la calle Zarandona. Sí le recuerdo labranza de mulas, pero ya con su hijo Manolo. Después tuvieron tractor, un Barreiros gris. Siguió Ricardo con cuadra de vacas, hasta que se ha dedicado de lleno al comercio.

Y un pequeño labrador, tendría una mula, y dos hectáreas y media propias, que vendió a Domingo "Pajalarga", pegando a la laguna de la dehesa. Lo recuerdo perfectamente. Era un hombre delgado y nervioso al que todos llamábamos "Tijeras"

jueves, 25 de marzo de 2010

II REPÚBLICA.- BIENIO RADICAL-CEDISTA. (VI).

El Gobierno Republicano-Izquierdista, salido de las elecciones del 28 de junio de 1931, se vio desbordado por las tensiones sociales promovidas, tanto desde su izquierda como desde su derecha. Esa nave, pilotada por hombres llenos de buenas intenciones, atravesaba un mar tan embravecido (crisis económica, desigualdades sociales, incultura,….) que no pudo poner proa al puerto de la modernidad.

La impaciencia de los jornaleros en cuanto a su asentamiento en los latifundios originó, entre otros los graves sucesos de Casasviejas. En este pueblo gaditano, un grupo de anarquistas, atendiendo a la huelga revolucionaria convocada por su sindicato, la CNT, el 11 de enero del 33, tomaron el pueblo, después de asaltar y herir de muerte al Sargento y a un número de la Guardia Civil, pretendiendo imponer su ideología: el comunismo libertario: reparto de bienes, abolición de la propiedad y de toda forma de autoridad.

Numerosas fuerzas de la Guardia Civil y de Asalto, sofocaron, a sangre y fuego, (incendiando la casa donde se refugiaban los cabecillas) la rebelión, cometiendo barbaridades y una dura represión.

Aquellos sucesos, tuvieron gran impacto en la opinión nacional: los anarquistas, cuyo Sindicato contaba con un millón de afiliados, dieron totalmente la espalda a esa “república burguesa”, y por la derecha, no sin cierta hipocresía, hacían responsable a Azaña de la crueldad de los asaltantes.

Ante esa debilidad, el Presidente, Alcalá Zamora, de acuerdo con el Jefe de Gobierno, Azaña, quien había presidido seis distintos gobiernos, en los pocos más de 2 años, convoca nuevas elecciones generales que, habrían de celebrarse el 19 de Noviembre de 1933.

Los partidos de derechas, pasada la sorpresa y el susto del advenimiento de la República, se organizan y agrupan formando la Coalición Antimarxista. El núcleo principal era la CEDA, liderada por D. José-María Gil Robles. Ahí está Acción Popular y el Partido Agrario. Sus líderes provinciales eran Geminiano Carrascal y José María Cid, respectivamente.

Por su parte los partidos de Izquierdas concurren separados a las elecciones. Si a ello unimos la abstención, que llegó al 40 %, un alto porcentaje corresponde a la abstención activa anarquista, y el, por primera vez, voto femenino, más conservador, ya tenemos la cusa de la aplastante mayoría obtenida por el Centro-Derecha, Lerroux y Gil-Robles. En mi pueblo del 61 %, coincidiendo con el resto de la nación, de los votos.

Esa mayoría gubernamental no se correspondía con la tendencia social del país: no votaron los anarquistas; los jóvenes, politizados la mayoría, desde la adolescencia, no votaban hasta los 23 años, la estrategia de unión de las derechas las premió en el reparto de escaños.

No lo tenía fácil el gobierno presidido por D. Alejandro Lerroux. Siguen aplicando, si bien con tibieza la tímida Reforma Agraria de Azaña, Revocan las leyes laicista y anticlericales de incautación de bienes eclesiástico, disolución de ordenes religiosas, prohibición de ejercer la enseñanza, etc.

Aumentan las huelgas. Especialmente duras las de la primavera y comienzo del verano del 34. Raro fue el pueblo donde no existieran enfrentamientos entre huelguistas, labradores y la Guardia Civil. Incluso entre los mismos obreros. Sangre hubo en Cañizo y Villalpando, por ej.

En octubre de 1934, el ala izquierda del PSOE, Anarquistas y Comunistas, convocan Huelga General Revolucionaria. En Asturias, donde los mineros armados, logran tomar el poder, supuso un conato de Revolución. Vencida por el Ejercito de la República, mandado por el General Franco. La revuelta provocó centenares de muertos, tanto por la crueldad de los sublevados, como por la represión.

domingo, 21 de marzo de 2010

II REPÚBLICA.- LA FALLIDA REFORMA AGRARIA. (V).

En aquella España rural la tierra lo era casi todo. Poseer, aquí, en Tierra de Campos 20 o 30 has., (y muchas menos en las vegas benaventanas) era un seguro de subsistencia. Quien tenía 50, era ya medio rico. Y los de 100 ricos, ricos. La diferencia de precio entre el valor de los productos y los jornales, hacían que el concepto de rico tuviera entonces verdadero significado. Suponía: no trabajar, cuando el trabajo era duro, de sol a sol; de día y noche en la recolección; tener asegurados, vestido, corbata a diario, alimento, médicos y medicinas, ciertos lujos, y vicios.

Cierto es que de esas ventajas gozaban, cuatro o cinco familias de cada pueblo, o dos, según su tamaño. Luego existía una gradación desde medianos a pequeños propietarios trabajadores, quienes, junto a los artesanos, comerciantes y funcionarios, constituían la clase media, de ideas religiosas y conservadoras. Éstos fueron quienes les sacaron las castañas del fuego, en la guerra civil, a los escasos ricos.

Los jornaleros, quienes si llegaban a viejos habrían de vivir de la mendicidad suponían en mi pueblo, puede que el 40 % de la población. Vivían al borde la miseria.

Ese cuadro era aún mucho más negro en Andalucía y Extremadura, donde la propiedad de la tierra, por razones históricas estaba en muy pocas manos: nobleza, aristocracia, rica burguesía poseían términos municipales enteros. Había alguna familia propietaria de más de 40.000 has.. En la mayoría de los casos no vivían en los pueblos. Y lo más lacerante: casos de tierras fértiles que no ponían en cultivo, ¡con lo necesarios que eran los alimentos y los jornales…!.

El reparto de la tierra era un clamor de justicia entre las masas de desposeídas. El primer gobierno de la república se puso manos a la obra. Nombran para tal cometido, Ministro de Agricultura a Marcelino Domingo, quien lleva su moderada propuesta al parlamento, para que en él fuera debatida y aprobada por la vía democrática.

Lo eficaz hubiera sido el reparto o la colectivización pura y dura de las grandes propiedades, por decreto ley, sin más compensaciones ni historias. Dejarle a cada uno lo suficiente para que viviera, que tierra había para todos, y punto. Pero ese gobierno ni quería, ni podía hacerlo así.

Las expropiaciones se harían pagando, indemnizando el Estado a los propietarios, para lo que no había dinero. Era tan complejo el problema, en cada región, pueblo, familia, tan diversa la casuística, y tantos los intereses contrapuestos, que las deliberaciones en el Congreso se hacían interminables.

Además, a muchos de los representantes de la mayoría de los partidos de centro-izquierda, burgueses al cabo, les aburrían, no asistían a los interminables debates, todo lo contrario que los Diputados de la “Minoría Agraria”, quienes no hacían más que presentar enmiendas, mociones, votaciones, palos a la rueda.

Los dirigentes de una facción del PSOE y de la UGT, contenían a sus bases prometiéndoles que saldría la reforma por vía democrática.

Los anarquistas, parte de los socialistas y, por entonces, los escasos comunistas iban perdiendo la paciencia. Las huelgas, ocupaciones de fincas, disturbios, enfrentamientos con la guardia civil, se hicieron frecuentes. De entre todos, dos graves sucesos conmovieron a la nación: los de Casas Viejas y Castilblanco, de los que salió dañado el gobierno de Azaña por la contundencia empleada por la Guardia de Asalto.

Por el otro extremo, la derecha, ya había dado un aviso con el fallido golpe de Estado del General Sanjurjo en agosto del 32.

Por fin la Ley de Bases para la Reforma Agraria salió en septiembre de 1932, tras más de un año de deliberaciones, con escasos logros para las masas campesinas.

viernes, 19 de marzo de 2010

ANUNCIO.

Permitan los lectores una licencia comercial, aunque también ecológica.

Por fín se ha publicado la Convocatoria de Ayudas para trabajos de FORESTACIÓN DE TIERRAS AGRARIAS y para PODAS, CLAREOS, RETIRADA DE RESTOS, ETC..

Dicho con nuestro lenguaje:

AYUDAS PARA PLANTAR ÁRBOLES: PINOS PIÑONEROS, ENCINAS, ALMENDROS.

AYUDAS PARA PODAR, ENTRASACAR, RETIRAR EL RAMAJE de tantas plantaciones como lo están necesitando.

Los interesados pueden contactar con Jesús Modroño Riaño. Tel. 625 137 775. Quien informa y se encargaría de realizar estos trabajos sin coste ninguno para los propietarios. En el caso de las plantaciones existe una ayuda anual de 150 euros por ha., para lo que no sean agricultores y, bastante mayor, para los que sí lo sean.

¡Animémonos a crear naturaleza!.

lunes, 15 de marzo de 2010

ERA HIJA DE MI TÍO BERCARIO.

Un día, a finales del verano del 2008, nos reunimos los primos Alonso. Ya por entonces, faltaban Julián y Mocri, de los "Demócritos", "Vitorio" y Dionisio de "Los Barriles", Carucho, de los Bercarios, Angelito, de tío Manolo, y algunos consortes.

Teníamos un abuelo común, Eustaquio Alonso Redondo, quien al enviudar joven su mujer le dejó una niña, mi tía Vicenta Alonso, "La Barrila". El apodo lo heredó de su marido, Eloy Boyano, "Barril".

Al poco casó con la joven maragata Ana Alonso Rodríguez, a quien habían traído de su Santiagomillas natal, a los 16 años, unos tíos sin hijos, dueños de un mesón en la carretera Madrid, con quien dieron vida a Manolo, Josefa, Juliana, Matías, Ascensión, Teofilo, Antonio, Coral y Pablo.

Entre los cinco medio primos "Barriles", y el resto, llegamos a ser 35 primos Alonso, nacidos desde 1925, o por ahí, Filomeno Boyano Alonso, y 1955, 56, las más pequeñas, que no recuerdo si son o Mari-Tere, la de tía Coral o Pili la de tío Teófilo.

No sé si habrá en alguna parte una familia tan unida y querida. Sobre todo los que nacimos de los cuarenta a los cincuenta, compartimos en el mesón de la abuela, en el corral, las cuadras, el pajar, la escalera, el "portal de los hombres" (era donde dormían en sacos de paja los arrieros), la misma feliz infancia. Quienes más coincidíamos éramos "Los Chinas" (Coral y Ana, mi hermana, nacieron el mismo día en la misma casona de la abuela), los "Bercarios" y los Modroños. Nuestras madres: Coral, Juliana y "Chon", también Josefa, pasaban la tarde de los domingos sentadas, junto a la abuela, en la camilla de la cocina grande, junto a la ventana, cotilleando y viendo pasear a la gente por la carretera.

Bercario Cimas Delgado, ya saben: era el conductor del "Coche de Línea". Su mujer, Juliana, era la más guapa de las hermanas, paciente y bondadosa. Tuvieron siete hijos. Vivían en la calle Miraflores, donde está ahora la tienda de Cachu, frente a Juanito. Emigraron a Valladolid el año 1954.

¡Cuánto les contaría de estos queridos primos!. Por si eran pocos, todavía me hacían un sitio en su casa, y en su mesa cuando iba a examinarme a Valladolid: ¡qué interminables veladas recordando cosas del pueblo...!. ¡qué andanzas y travesuras con Manolo (la bondad hecha persona, quien ha sufrido la pérdida de un hijo joven) por Valladolid...!.

¡Pues ayer se ha ido la pequeña!: Julianita, "Nanica", "Nana". La que hacía siempre de niña cuando jugábamos a las mamás y papás. Tendría 6 o 7 añitos cuando marcharon del pueblo. Alta, guapa, alegre, reídora, simpática. Se formó. Tenía un buen trabajo, nunca dejó a su madre, fallecida no hace tanto, anciana feliz. Los Cimas también acompañaron a tío Pablo en sus últimos meses, días, horas.

Queridos primos. Lo digo llorando: ¡Cuánto os quiero!.

sábado, 13 de marzo de 2010

viernes, 12 de marzo de 2010

EN HOMENAJE A D. MIGUEL DELIBES, CUELGO UNA POBRE IMITACIÓN SUYA.

EL COCHE DE LÍNEA.

I.- Era un tartano de forma parecida a la del escarabajo de la patata ,con el motor fuera de la carrocería y el techo ocupado por una baca con estructura de hierro, piso y laterales de madera. Sobre los tableros laterales el letrero que indicaba su recorrido: Castroverde de Campos – Zamora.

¡Bueno!: Ese era el coche de línea de Zamora que conducía mi tío Bercario y en el que iba de cobrador Garea. Había otro un poco más grande en cuyo lateral se leía: Benavente – Valladolid.

Se cruzaban, y encontraban, en la parada de mi pueblo, que duraba más de un cuarto de hora. Allí había trasbordo, parada y subida de viajeros, mercancías, el correo y, además, por la mañana, sobre todo en invierno, los cobradores echaban la parva con una copa de aguardiente en la cantina de Citos.

Ese lugar, en la carretera de Rioseco, era un semidescampado; el único edificio importante próximo, el de las Escuelas Nacionales, que, en este pueblo, llamábamos de “Villa”. Lo demás eran corralones, dos casonas de labranza, otras dos de pobres, una cuadra con cuatro vacas famélicas, cuya puerta, no trancada, traspasábamos en la espera, para matar el frío con el calorcillo de las lecheras, y la citada cantina en uno de esos corralones.

Ocupaba ésta un cuartucho con pequeño mostrador de cemento, igual que el piso; tenía un ventanuco, una estufilla de carbón, con su tubo de chimenea que salía por el cuarterón del ventanuco y unas sillas de tijera, siempre ocupadas por unos viejicos alrededor de la estufa. A la hora de los coches, a diario, estaba atestada de hombres y de humo. Allí sólo se despachaba vino, de cosecheros del pueblo, aguardiente y coñac. Las mujeres y los niños esperábamos fuera.

Nosotros íbamos, ya de mocicos, a la llegada por si salía algún equipaje o encargo que llevar y nos caían los dos “riales” pa comprar unas “pilongas” Ni unos, ni otras, excepto Domitila, la rechoncha “Chocolatera de Villamayor” con sus grandes cestas de tapa en las que vendía las libras por las casas, y que también echaba la parva, entrábamos, todavía, en los bares.

Los niños no viajábamos, ni aun en caso de enfermedad. Para eso teníamos al Médico y al Practicante en el pueblo que igual nos entablillaban una pierna rota, que nos sacaban una muela. Se utilizaban mucho los remedios caseros: para las manqueras y estreñimiento, (como iba a salir lo que no entraba), las ventosas y las irrigaciones, por ej., . El garrotillo, el tifus y la tisis, como no tenían remedio, buena gana de viajar. No obstante cuentan de Margarita, “La Pelos”, que llevó al niño pequeño, que estaba malico, al Hospital de la beneficencia capitalina, metido en un maletón de madera con agujeros, para no pagar el billete.


II.- Cuando yo tenía ocho años, marchaba bien el negocio de aguardientería familiar y, como era el nieto mayor, mis abuelos, se permitieron el lujo de mandarme, con la tía soltera, a Zamora a comprarme el traje, azul marinero con cordones dorados, para la Primera Comunión. Ese fue mi primer inolvidable viaje en coche de línea.

Mi tío Bercario, el conductor, colocó en un huequico, a su lado, la cesta cuadrada donde mi tía llevaba viandas (huevos, chorizos, tocino, pan) para los parientes de la ciudad, donde nos íbamos a alojar por unos días. Ese fue mi asiento durante las once leguas en dos horas largas de viaje.
La carretera, de canto machacado y tierra, y el renqueante tartano, nos permitían disfrutar de todos los pormenores del camino. Mi tío me los iba describiendo:

A la salida del pueblo, pasada la curva de la gasolinera, luego, a mano izquierda, detrás de la Fábrica de Harinas, estaba la laguna de “La Comendadora”. Un gañán daba agua a su yunta y una de las mulas se espantó por el polvo y el estrépito de nuestro carruaje. Las “gallinas ciegas” se sumergieron y dos patos salieron volando. En el otro extremo, lejos de la carretera, dos hombres pescaban tencas y ranas. Mi tío dijo: “La pesca y la caza en la plaza”.

Un poco más adelante, a la derecha las zuritas del palomar de “Cementerio” (lo llamaban así por lo negro y feo que era) formaron bandada por el susto diario.
El coche había salido casi repleto de mi pueblo. Las lluvias de abril y mayo habían llenado las cunetas de magarzas, lepidios, gordolobos, hinojos, perifollos, amapolas que florecían y llenaban mi vista de cromatismos. Los trigos encañonaban, las cebadas asomaban las argañas, a punto de espigar. Los titos, algarrobas, muelas y garbanzos apuntaban por la molera. El majuelo de “La Borrachera” empezaba a relucir. Dos semanas pasaban de “Santa Cruz”, cuando “la viña reluz”.

Unos labradores, que iban al “mercao” del doce, no perdían detalle de cada tierra e intercambiaban comentarios optimistas sobre como iba el año: -“Si está visto: Ande abril y mayo aunque no ande en todo el año”. –“Si, pero no vendría mal que lloviera otro poco, y parece que hay algo de barda : En Mayo cada día un baño, que nunca por mucho llover ha sido mal año”. –“Bueno. Eso no es verdad del todo, que ya conocí yo un año que de tanta agua se aguricharon los garbanzales, le entró mela a los titos y muelas y los trigos se llenaron de rabia, que también hay un refrán que dice: Mayo hortelano, mucha paja y poco grano”.

Hacían comentario de cada tierra y del amo: -“Como va a estar buena si quedó en riebla”. –“Mira como se nota el de “Chile”. -“Ya le diré a Tragalete que mande a la cuadrilla a escardar la de Alafés. La tiene podrida de abono, tuvo las teleras toda la otoñada y está merminiando de merineros y burrales..– --¡Anda con Cobera!. ¡Como no va a coger buenas senaras con lo trabajador que le ha salido el hijo...! Ahí está en el Barrial. Anda ya terciando el barbecho.....”- -“Esos garbanzos están pidiendo el arique”.


Cuando nos acercábamos a los dos primeros pueblos, sólo separados por el Valderaduey, mi tío canturreó: -“San Martín y Villárdiga bellas aldeas,/ donde no hay hombres vagos,/ ni mozas feas”. En el primero subió una mujerica, la “señá” Jacoba, y se sentó al lado de mi tía. Aprovechó, en plan “chus-chus” para informarse del muchacho de Chabolo, “que andaba detrás de la su muchacha y no porque viniera al pueblo presumiendo de bicicleta nueva, con una banderita en el guía, le iba a hacer caso enseguida; que la muchacha suya es muy dispuesta y trabajadora, que lo mismo sabe zurcir que bordar, que ordeñar la vaca que coger legumbres, que no se le caen los anillos por eso, que ya se pone buen pañuelo pa que el sol no la saree ese cutis tan bonito que tiene”.

Mi tía le dio buenos informes del muchacho: -¡Ay hija!. Es muy formal y trabajador. Ya le he oído a mis hermanos que “corta tan bien las tierras como a las vacas por San Roque”. Que es tan desenvuelto y liberal en el trabajo como jugando a la pelota, que ya sabes que defiende como ninguno la raya de la izquierda. Además no es alabanero ni fanfarrón. Los domingos todas le dan baile y le ponen cara, pero ya había oído yo que andaba detrás de una muchacha de Villárdiga que conoció por “La Feria”.

Al subir la cuesta de “Farradales” el motor del tartano empezó a echar humo por un tapón de chapa delantero y prominente. Mi tío no se inmutó. Era un hombre cordial, sereno y paciente. –“Yo creo que sí nos deja subir...”. Al coronarla paró. Algunos hombres aprovecharon para bajar a hacer pis. Cogió un trapo, soltó el tapón a distancia, al tiempo que saltaba hacia atrás. Aquello, que luego supe se llamaba radiador, empezó a vomitar agua hirviendo. Cuando cesó, la repuso con la que llevaba en la lata. En Cañizo la volvió a llenar en la fuente.

Me contó que en ese pueblo, las fiestas son por San Pelayo y había capeas con toros grandes. El año 36 uno corneó a Mateo “Contreras” y él, que era muchacho pero ya sabía conducir, con “el coche de punto” lo llevó al Hospital muy grave. Tardó meses en curar. Cuando sanó lo llevaron a la guerra.

En Castronuevo de los Arcos, el pueblo de las tres mentiras, porque ni es castro, ni nuevo, ni tiene arcos, según dijo Garea, con su innata y creída originalidad, se completaron los asientos.

En Aspariegos, con sus casas en ladera y la fábrica de harina sobre el río, esperaba mucha gente. Ya no cabían más ni de pie. A dos mozos les tocó ir en la baca. Iban a desfogarse al “barrio de la lana”. Mi tío recordó a un famoso bandolero, “El Nacho” o algo así, que actuaba por La Guareña, Sayago y la Tierra del Pan. Un día fue sitiado por los “Somatenes” en una casa de ese pueblo, y se escapó por la chimenea. Después se hizo acaudalada , respetada y emprendedora persona: Hizo traer de Vigo, un carro de besugos vivos, en carrales con agua del mar, para que recriaran en una laguna de su finca.
En Benegiles se veía el mayo plantado en la plaza con la bandera de España en lo más alto. A los de Monfarracinos ya les tocó ir andando hasta la capital.

A la entrada de Zamora, la carretera pasaba por encima de la vía del tren y en ese punto paramos. Unos guardias salieron de la caseta allí instalada; mi tío me dijo: es el “Fielato”, se subieron al coche y prepararon un gran alboroto de gallinas escondidas bajo los asientos y de mujeres que chillaban. Yo me levanté de la cesta y mi tía, con temor, como quien muestra un tesoro escondido, levantó la tapa para mostrar las viandas. Todo el mundo fue pagando la correspondiente tasa. La que más la dueña de un gallo que, al oír cacarear a las gallinas, se enchuló y lanzó un sonoro y desafiante “quiquiriquí”. Y por si a mi mente de niño de pueblo., sólo hollada por sensaciones campestres, no hubieran llegado bastantes emociones durante el viaje: los árboles que corrían para atrás, pueblos distintos del mío, algarabía de los viajeros, aquellos revisores de aspecto feroz; pasó el tren.

Entramos en la ciudad en la que todo me impresionaba: las casas de tres pisos, unos inmensos depósitos de agua sostenidos por columnas cubiertas de verdín del líquido que escurría, coches, más pequeños que el de línea, cuadrados y negros que circulaban por la ciudad, algunos con una humeante estufa detrás, mezclados con carromatos de tres mulas. El nuestro quedó encerrado y nos bajamos en garaje lóbrego, donde olía a orines y a tubo de escape.

Mí tía, aún joven , asió la cesta en una mano y a mí en la otra y caminamos hasta casa de los parientes en la calle de Calvo Sotelo, hoy del Riego.

Comprado el traje de marinero, pasados dos o tres días, en que me llevaron a ver los jardines de la Catedral, el Castillo y toda la vega del Duero con el puente de Piedra, regresamos al pueblo en el mismo coche de línea.

Salió, como todos los días, repleto del garaje. Asientos no tendría más de veinte, pero entre de pie y arriba podríamos ir cuarenta.

Debió ser al subir la rampa sobre la vía, donde el “Fielato”, ( de
regreso ya no paraba), cuando dos maletillas se encaramaron a la baca.
Eran “El Velas” y “El Nono”. Habían andado de capeas por pueblos de “La Guareña”. Viajaban sin pagar por costumbre y por necesidad. A la carrera, aprovechando el repecho, se aferraron y treparon por la escalera y se acomodaron en un hueco entre los bultos.

Mi tío Bercario, como tenía cinco hijos, (faltaban dos de nacer) además de chofer, vendía “cajas de muerto”, para los ricos, los pobres se arreglaban con una que, con cuatro tablas, les preparaba “Caitanines” o “El Ché”. Se enteró que la gota, o el gota, le iba a dar un casi seguro cliente y aprovechó ese día para cargar un arcón.

A la altura de Merendeses se puso a llover. “El Velas”, que era el Jefe, le dijo al Nono: -“Tú tápate con la capa que yo me meto en la caja”.

Era muy temerario y no le tenía miedo a nada. Levantó la tapa, cubierta con un cartón, se instaló en el interior y se la colocó encima. Rompió y dobló un cacho del cartón que metió de tope, para evitar el cierre hermético y poder respirar.
Como llevaban varias jornadas agotadores, mal comiendo y mal durmiendo y el arcón era cómodo, antes de llegar al puente del Salado, se había dormido.

A la entrada del el pueblo, en el semi-stop de la general, el Nono se tiró y se largó al trote. Llegado el coche a la parada, subieron Garea y “Aco”, (era un caminero que por las tardes llevaba los encargos) para bajar los bultos; lo primero la caja. La atarían con una cuerda y mi tío Bercario la recibiría abajo.

Al moverla, El Velas, se despertó sobresaltado, levantó de golpe la tapa, se cubrió la cabeza con la cazadora de borra, se tiró de un salto desde arriba a la cuneta y salió corriendo por el camino del Camposanto. La gente, tan sensibilizados como estábamos con miedos y supersticiones, enseguida pensamos que era un ánima en pena y nos tragamos un susto descomunal. La noticia se corrió por el pueblo y los niños, durante unos días, teníamos miedo de salir de casa.


III.- Ya no volví a subir al coche de línea hasta el año 54, cuando fuimos dos escuadras de muchachos del pueblo al Campamento. Además aquel día, montamos por primera vez en tren, desde Zamora hasta San Pedro de las Herrerías. Ya entonces la empresa Rufino, tenía otro autocar más grande y menos viejo.

Hecho mozo, por lo menos una vez al año, se repetía el viaje para ir al preventorio de San Martín de Castañeda y con más frecuencia para correr, con la OJE, el “campo a través”, lanzar el peso o jugar al fútbol en el Pantoja. Un año estuvimos allí acampados unos días. Por la noche, los de Benavente, saltaban la tapia para ir a La Muralla.

A veces nos llevaban de excursión a 40 o 50 muchachos. En ese caso alquilaban el camión de Guaricha y allí, en la caja, nos metían a todos a granel. Fue muy sonado cuando fuimos al Congreso Eucarístico los de Acción Católica en el camión de Nano. Le pusimos al camioneto un toldo de lona, apoyado en tablas que habíamos clavado en la telera y los bancos de madera del “Centro”.

Cuando llegamos a Zamora aquello era un hervidero, pero organizado y con orden. En la zona de “La Farola” una multitud que, no obstante, dejaba libre la calzada, recibía con aplausos, anunciadas por los altavoces, a las distintas embajadas provinciales, que solían llegar en autocar; debió ser por el 59.

Cuando nuestra camioneta enfila la Avenida de José Antonio, con su pancarta al frente, el locutor, Vicente Planeéis, que oficiaba las recepciones, con la típica voz ahuecada del NODO clamaba: -“¡Ya llegan, no podían faltar, son los paladines del voto Concepcionista, llega el pueblo de la Inmaculada , .......” El camión paró, de la cabina se apearon Nano y Don Santiago, que era un Cura joven; bajaron la trampilla de la caja y empezamos a saltar muchachos, con el traje de los domingos, que parecía que nos paría el camión. Más de cuarenta iríamos. La gente nos aplaudía. Nunca he participado de un recibimiento tan caluroso.

Lo malo fue al regreso que nos ocurrió lo mismo que cuando fuimos a echar las comedias a Villanueva, que se acabó la gasolina, a las dos de la mañana y a diez kilómetros del pueblo. ¡Solución!: Dejar allí tirado al Chevrolet y llegar andando. Y, ¡todavía, el Nano, pretendía que trajéramos el camión, unos empujando, otros tirando por una cuerda y él conduciéndolo, hasta casa.....!.

Puede que por el año 57, la Empresa de Rufino, estrenó dos autocares. ¡Que sensación produjo aquello...!. Eran “chatos”. Parecía que no tenían motor, lo llevaban dentro de la carrocería y eran el doble de largos, por lo menos, que los rechonchos anteriores. La gente salía a verlos y, algunos, los más listos, medían con pasos su longitud: ¡Diecisiete pasos...!.

Es que “el coche de línea” era vital para la vida de los pueblos que, como el nuestro, no tenían tren”. (En la rivalidad con los de Villanueva, ¡menuda murga nos daban en los campamentos porque ellos tenían tren!, aunque fuera el tren burra,.......) . Era el cordón umbilical que nos unía con el resto del mundo. En él nos llegaba, y marchaba, el correo, cuando las cartas eran el único medio de comunicación con el exterior, las noticias, aunque con retraso, en los pocos “Yas”, “Abecés”, “Nortes”, e “Imperios”; las medicinas, que “Aco” llevaba hasta la Farmacia. Cuando la riada del 62, cortadas las carreteras nos las trajeron en helicóptero de la guerra de Vietnan.

El cisco, las mantas, los costales lo traían en sus carros cisqueros y manteros; igual el pescado, Castañón, de la Estación de Benavente. Las rejas, el aceite, el bacalao y el arroz lo acercaba el carro azul del Sr. Goyo desde la estación de Castroverde. La madera los montañeses de Cistierna y los trillos los de Cantalejo el día de la Feria.


IV.- Tan cerrados como estaban los pueblos en sí mismos, tan interrelacionados sus habitantes, llenos de niños y de jóvenes, llenos de vida, aun en medio de la austeridad y la pobreza, conviviendo con los mayores en la iglesia, en la plaza, en el juego de pelota, vivíamos muy pendientes los unos de los otros. Saber quién viajaba, adivinar los motivos, era fundamental para conocer las vidas de cada cual.

Iban algunas chicas, las menos, a hacerse ropa con la modista de la ciudad. Tratantes a los mercados. Se iba al médico y al “abogado”, (¿quién no vuelve “consolado”?. A las Ferias de septiembre, acabado el verano, a Valladolid........ .

Por el mes de marzo el “coche de línea” nos llevaba a la mili, para muchos la primera salida del pueblo. Cada mañana, el resto de los quintos salían a despedir a los que marchaban; a los últimos ya sólo los despedía su familia.
A veces marchaba una muchacha. Si llevaba ya un tres meses sin ir al baile y a Misa y la había dejado el novio y tardaba dos meses en regresar, o no volvía.....¡malo!: embarazo que ocultar y nuevo inquilino en la inclusa. Las solteras pobres, que no tenían a donde salir, alumbraban en el pueblo. A los dos o tres días, marchaban a la capital y dejaban el envueltico en el torno. Otras criaban al hijo con toda la dignidad del mundo, venciendo la enorme presión del prejuicio pueblerino.

A la llegada de los coches, por la tarde, el lugar estaba muy concurrido. Casi todos los muchachos del pueblo andábamos por allí. A ver quién venía y si se caía llevar algún encargo.

En los días previos a las fiestas de junio y agosto, ya alrededor del 60, era obligado estar en la espera, habían de poner dos o tres autocares, de gente que venía; los mozos a ver qué chicas llegaban de la ciudad y, al revés las mozas. Regresaban a la fiesta los primeros emigrantes, traían pantalones vaquero y gafas de sol y nos miraban a los de aquí por encima del hombro.

No digamos cuando llegaba un funcionario o un Maestro jóvenes. Ello despertaba la ilusión de las mozas casaderas.

También utilizaban este medio de transporte los mendigos para regresar de los pueblos próximos si ese día habían abundado más las “perras gordas” que los rebojos y los “Dios te ampare”.


V.-La hija mayor del Alcalde tenía 20 preciosos años. Su recatada belleza no era inferior a su bondad e inteligencia. La pretendían todos los mozos terratenientes del pueblo, pero vino a pasar unas vacaciones un muchacho que había marchado de niño a los frailes, que luego se empleó en Madrid y allí, aun de las últimas quintas, lo pilló la guerra. Combatió en el otro bando, pero, al acabar la contienda continuó en el ejercito nacional.

Habían pasado muchos años. El niño delgaducho e inteligente volvía hombre joven, culto y Sargento del Aire; pero, su familia, según la expresión utilizada por los adeptos, “era de la cáscara amarga”, y humilde. Y, ¡mira por cuanto!, fue al baile y, ¡cómo no!: se enamoró de aquella preciosa muchacha y fue correspondido. Sobresalía de los patanes del pueblo en cultura, en modales y, además, era guapo.

Enterado el padre, un hombre, aunque integro, muy radical, puso el grito en el cielo. Aquello no se podía consentir. Destacó a un alguacil todos los días a la salida de “los coches”. Hasta que no marchara el Sargento ( y eso que, ahora lo era, del ejercito de Franco), su hija no saldría de casa, sino a Misa y con su madre.

Los muchachos enamorados que calaron la jugada, idearon una treta: Pasados unos días, se puso el uniforme, cogió la maleta y se subió al coche de Valladolid (allí cogería el tren para Madrid). El alguacil corrió a casa del Alcalde: -¡Jefe, tranquilo que ya se marchó el pájaro!.- Rosa ya tuvo libertad para salir, y pretextó ir a coger unas flores al “Cercado”. Alberto se apeó en Villamayor, el primer pueblo, y regresó caminando al “Cercado”. Al divisarse corrieron al encuentro, se abrazaron, departieron embelesados platónicamente, se juraron amor eterno.

Al poco el padre consintió la relación y la boda. Fue un yerno querido. En los difíciles años 50 en Madrid, con cuatro niños, al matrimonio no le faltaban las cestas del pueblo.


VI.- Un sábado, en el año 63, yo venía con permiso de la mili. Me junté con los muchachos del pueblo que, por ser pudientes, estudiaban el bachillerato internos en los Jesuitas de Valladolid. Atrás, en el autocar, veníamos preparando juerga. Ellos, todavía, eran adolescentes.

Por aquel entonces, el cobrador era otro muchacho, algo mayor que yo, menudo, birojo y con muy mal genio que ya había intentado imponer su autoridad en nuestra juerga y venía de mala leche. En la parada de cada pueblo se bajaba, entregaba y cogía los encargos, el correo y el equipaje a los viajeros. Una vez todo cumplido, subía por la puerta de atrás, (era ya un autocar de los largos) la cerraba de un portazo y le decía al conductor, con un gracejo particular: ¡¡Vámonos....!!, y el coche reemprendía la marcha.

Aquel día, en Villafrechós, después del trabajo ritual, entró a por unas almendras garrapiñadas en la tienda de Barrabuelo, y Javi, que era un demonio (hoy es cirujano cardiólogo en el Gregorio Marañón), que también había bajado, cuando lo vio dentro de la tienda, subió, dio el portazo e imitando su voz exclamó: ¡¡ Vámonos...........!!, y el coche emprendió la marcha sin el cobrador. El birojo salió corriendo, pegando gritos: ¡para!, ¡para!, ¡para!, el conductor no le oía, y nosotros nos moríamos de risa. No sé qué hubiera pasado si a la salida del pueblo no cruza un rebaño de ovejas. El “mal genio” pudo pillar al vehículo, el conductor no se había enterado y, cuando se repuso del jadeo, tuvieron una bronca sonora. Todavía hoy, al recordarlo me vuelve a doler la barriga de risa.


VII.- Cuando me licencié, hube de plantearme la vida. La poca labranza familiar no había permitido que mi padre nos diera estudios. Por entonces, el bachillerato había que ir a estudiarlo a un Colegio caro de Valladolid o Zamora. Estaba el recurso de ir a los Frailes. Cada año venían y llevaban buenas redadas de muchachos a estudiar para religiosos. A los que no valían los mandaban pronto para casa. Los más espabilados estudiaban allí seis o siete cursos, hasta que iban a entrar en el Noviciado. Entonces salían, les convalidaban los estudios y se veían con el Bachiller que les valía para estudiar Magisterio, por ej. . Incluso alguno, de cada hornada, llegaba a “Cantar Misa”. Pero mi padre no quiso que ninguno fuéramos a timar a los Seminarios, sin tener vocación.

Mi hermano mayor se había hecho Maestro a la vez que trabajaba de recadero y mecanógrafo con un Abogado del pueblo. Yo en la Escuela, fui hasta los 14 años, aprendí las cuatro reglas, ortografía, y todo lo que el Maestro pudo enseñarme. Mi hermano me enseñó a escribir a máquina y un poco de Contabilidad y, en su primera escuela, me examiné, al venir de la mili y obtuve el “Certificado de Estudios Primarios”.

Ese título lo llevaba en la maleta, junto con unas pocas viandas y un poco de ropa. Era todo mi bagaje cuando una mañana cogí, en el año 65, el “Coche de Línea” de Valladolid, donde tomaría el tren para Bilbao.

Al perder de vista el caserío de adobe, o de ladrillo mudéjar de las casas grandes, el Silo y las torres de las Iglesias, las eras, en pleno trajín de la trilla, lágrimas erosivas cavaron cabenes en mi rostro de muchacho labriego. ¡Cuánto dejaba atrás...!. : A mi padre que ya iba siendo mayor, pero había de seguir en la gleba, sólo ayudado por el hermano pequeño, que era un crío. Mis hermanas echaban una mano para barrer el solar, coger legumbres y vendimiar, pero las mujeres no iban a arar, ni a sembrar, ni a acarrear. A mi madre siempre tan diligente en las tareas del corral y de la casa. Echaría de menos sus manos, su regazo, su cuidado cariñoso.

Dejaba atrás amigos, el equipo de futbol, los partidos de pelota, las partidas de cartas en el bar, los baños en el río y la Comendadora, el baile de los domingos, las Novenas, los Misereres, la Misa y el Himno con los de Acción Católica, las comedias; aunque con la emigración todo aquello se estaba perdiendo, mi mundo rural se desmoronaba. De los 39 de mi quinta sólo quedaron 5 en el pueblo.

Dejaba atrás a Geli, la novia desde cría que, venciendo el qué dirán, salió a redespedirme, por sorpresa al coche, y corrió un poco tras él, hasta que su velocidad desgarró nuestras almas gemelas.

Al llegar a Bilbao esperaba en la Estación uno del pueblo que había estado en los frailes y era encargado de una gran empresa constructora. Le mandaban a la llegada de los trenes de Castilla para ofrecer trabajo a los muchachos que llegaban cada día.

Al día siguiente el pico, la pala y la carretilla. Ni mis manos ni mi cuerpo lo extrañaban. (¡Pues no nos había endurecido la mancera...!. Y los garbanzos, el tocino y el pan. ¡Qué buena mano de obra fuimos los labriegos castellanos!) Sí mi alma. Era aquella una lucha dura desarraigados de besanas, de soles, de vientos oreadores, de cantos de carro, de gallos y alondras. Entre brumas y humos coincidíamos muchos paisanos en tan distintos amaneceres.

Al poco, me sirvieron los conocimientos: me hicieron almacenero, luego listero, he llegado a ser Jefe Administrativo de la Delegación de la Empresa en Vizcaya.
Al año volví jubiloso, en el “Coche de Línea”, (pusieron uno semanal de Bilbao a Zamora), a buscar a Gelio. Aproveché las vacaciones para casarnos y preparar el pisico: había alquilado uno en Portugalete.

Hemos criado y situado a cuatro hijos, comprado el piso, con el resto de los ahorros hemos preferido restaurar la casa de mis padres en el pueblo. Teníamos un pequeño turismo para andar por allí, se lo he regalado al pequeño; ahora, cuando regresamos, ya de vez, para quedarnos en el pueblo, volvemos en ¡qué “Coche de Línea”!.

No, ¡qué va!, no es un tartano como el de mi tío Bercario........ . La cantina de Citos, el garaje de Rufino y la cuadra de los Contreras son ahora una moderna Área de Servicio al Transporte construida sobre rellenada Comendadora ( Cuando desaparecieron las yuntas que allí apagaban su sed , las mujeres que allí iban a lavar y el cauce que la alimentaba, se había convertido en un sucio basurero).

Cuando nos apeamos disfrutamos de este progreso compatible con el entorno. Disfrutamos del aire que nos da en la cara con el mismo olor a campo, a mies madura. Disfrutamos, en el retorno definitivo, de esa alegría y del confort (a pesar del latoso televisor con horribles películas de asiáticos, llenas de sangre y de catanas) del moderno autocar que nos ha hecho, no obstante, recordar tanto viaje entrañable en los viejos “Coches de Línea”.

jueves, 11 de marzo de 2010

II REPÚBLICA. PRIMER GOBIERNO Y CONSTITUCIÓN (IV)

II REPÚBLICA. PRIMER GOBIERNO Y CONSTITUCIÓN. (IV).

Proclamada la República se forma un gobierno provisional, presidido por D. Niceto Alcalá Zamora, y en el que están todos los prohombres republicanos de la derecha moderada, el centro y la izquierda: Lerroux, Maura, Azaña, Indalecio Prieto, Largo Caballero, Casares Quiroga, Marcelino Domingo, Martínez Barrio, Álvaro Albornoz,…que es quien convoca las primeras elecciones, las del 19 de Nov. del 33.
Todos ellos integraban la CONJUNCIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA ganadora de las mismas. No obstante nadie de esa derecha liberal, entró en el gobierno, resultado de esas elecciones..
Éste fue formado por los social-republicanos, y presidido por D. Manuel Azaña (hombre de gran inteligencia, pero que en estos tiempos de la telegenia no hubiera llegado ni a Diputado) y del que formaban parte los líderes de los distintos partidos de centro-izquierda.
Comenzaron con ganas la ingente tarea. Sus primeros esfuerzos se volcaron en desterrar el analfabetismo. De ello, en los primeros meses, se encargó el Ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo. Creó 7.000 escuelas, y subió el sueldo de hambre de los Maestros Nacionales.
Se dan prisa en elaborar una nueva Constitución, en la que cometen el error de ser beligerantes con la Iglesia Católica. Ya antes habían desterrado al Cardenal Primado Pedro Segura, y al Obispo de Vitoria, Mateo Múgica, quienes se habían mostrado contrarios a la República.
A los pocos meses de aprobada la Constitución., y cumpliendo su Art. 26, el Gobierno prohíbe a las Ordenes Religiosas dedicarse a la Enseñanza. Disuelve a la Compañía de Jesús, y confisca sus bienes. También todos los de la Iglesia, incluida la vestimenta.
Otro sector de la Iglesia, el encabezado por el periódico “El Debate” y Herrera Oria, mostraron su acatamiento al nuevo orden, elogiando lo que en él había de positivo: el deseo de justicia social, de amparo de las libertades y de los derechos humanos.
Cierto que el peso de la Iglesia Católica en la sociedad española, y el número de curas, frailes y monjas, era excesivo. Pero cierta también la importancia de su labor social de beneficencia en la sanidad y la educación, a pesar de tantos religiosos como en la sotana y el hábito buscaban su sustento. Incluso admito su pecado, no siempre, de estar al lado de los poderosos.
Pero puede que, la mitad de los españoles, y más de las españolas, eran profundamente católicos. Algunos por conveniencia, la mayoría por convencimiento. Y esa religiosidad abarcaba todos los aspectos de la vida: nacimientos, bodas, funerales, usos y costumbres.
Y eso, por decreto, desde arriba, de golpe y porrazo no se podía erradicar. Ello le acarreó enemigos a los partidos de izquierdas, incluso a los que no eran anticlericales, y por ende, a la republica.
El lema de Acción Popular, el partido de derechas, germen de la CEDA de Gil Robles era: Religión, Patria, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad.. Un propietario de Villamayor se sinceró y dijo: -“A mí de los seis puntos el único que me interesa es el último”.
Cuando los grandes terrateniente (los andaluces y extremeños) y los no tan grandes, vieron peligrar sus privilegios, encontraron en los pequeños, a los que incluso hubiera beneficiado la imprescindible reforma agraria, unos aliados, a cuenta de la cuestión religiosa.

martes, 9 de marzo de 2010

URBANISMO LOCAL.

Interrumpo la serie histórica para señalar un problema que, aunque sea común a muchas poblaciones, es más lacerante en Villalpando.

Me refiero a tanta casona, incluso en ruinas, y solar desocupado.

Acepto la propiedad privada, pero siempre que ésta cumpla una función social. No es, para mí, algo divino e intocable.

La mayor parte de estas fincas llevan años puestas a la venta. Si alguien les pregunta, piden "montes y morenas", y,¡claro!: se quedan con la "pedidura". Algunos se mueren, incluso después de haber pasado necesidades, pensando lo ricos que eran porque tenían una era en el pueblo que "valía" no sé cuánto.

En Villalpando hay cerradas, salvo en el verano, más de un 60 % de las viviendas utilizables. En cualquier calle que cojamos, La Solana, por ej., unas veinte viviendas. Ocupadas: la de Mito, tres personas, Pepita, una, Eustaquio García, cuatro, ¡y se acabó!. Y así por doquier.

Y, ¡muy bien que los emigrantes! tengan su casa en el pueblo, para ocuparla cuando les parezca. Gracias a ellos se ha mantenido la construcción, de nuevo y rehabilitado. Pagan IBI, agua, luz, basura, etc.

No me refiero a esas casas arregladas, ocupadas aunque sólo sea unos días al año. Y que no están, por supuesto en venta.

Me refiero a las que, puestas en venta o no, están en solar, en ruinas, o totalmente desocupadas, intentando especular "pidiendo" cantidades inacesibles. ¡Y no digo si lo de las termosolares hubiera salido o saliera adelante!. Quienes trabajaran en ellas tendrían que ir a vivir a los pueblos del contorno.

Es responsabilidad del Ayuntamiento intentar arreglar esta situación, que tanto perjudica al desarrollo del pueblo. Tienen herramientas al alcance de la mano: una VÍA IMPOSITIVA, otra LOS EXPEDIENTES DE RUINA.

La primera: UN FUERTE RECARGO DEL IBI, como del 100 %, por ej., a todas las fincas inutilizadas.

La segunda, LOS EXPEDIENTES DE RUINA, o de exigencia de arreglo, con amenaza de expropiación, es una pura necesidad de justicia. Que lo de los puntales en la plaza, y las goteras yesosas en el soportal, clama al cielo. Y no quiero señalar otras ruinas en casas grandes, pequeñas y tapias porque son de sobra conocidas.

Y que nadie vea en esta crónica otra motivación que la del estimulo de actuación, por el bien de la villa, a una Corporación que tiene mi apoyo, como de la inmensa mayoría del pueblo.

viernes, 5 de marzo de 2010

LA SEGUNDA REPÚBLICA. (III).

Organizados los del Pacto de San Sebastian, a través de la prensa, crean un estado de opinión favorable (que a alguno le cuesta la cárcel) al advenimiento de una república.

Tocaban elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. De forma tácita, las fuerzas políticas las presentaron como un plebiscito sobre republica, sí o no.

En las principales capitales de provincias, primeras de las que supieron resultados (piénsese que no existía la informática, los faxes, móviles, la inmediatez de ahora), se supo habían triunfado por amplia mayoría las candidaturas republicanas. Ello fue, lo que el día 13, le hizo tomar la decisión de dimitir al Rey Alfonso XIII (abuelo del actual monarca). Después, cuando se supieron los resultados de los pueblos, en aquella España de predominante población rural, en conjunto habían triunfado las candidaturas monárquicas.

Las masas se echan a la calle. El día 14 es proclamada, en medio del alborozo general, en toda España la II República. La bandera tricolor es izada en todos los Ayuntamientos. Para festejar el triunfo son quemadas algunas iglesias.

A los pocos días es nombrado un gobierno provisional presidido por el liberal conservador, y católico, Niceto Alcalá Zamora.

Las primeras Elecciones Generales a “Cortes Constituyentes”, se celebran el 28 de Junio de 1931. Solo pueden votar en ellas los varones, mayores de 23 años.

Obtiene un triunfo muy holgado, de mayoría absoluta, en mi pueblo el 73% de los votos emitidos, LA CONJUNCIÓN REPUBLICANO SOCIALISTA, conglomerado de fuerzas heterogéneas, de derecha, centro e izquierda, cuyo único nexo común era “la defensa de la república liberal democrática, que acabara con los vicios del viejo régimen”.

En esa CONJUNCIÓN, estaba la derecha liberal republicana, de Miguel Maura Gamazo, (recién salido de la cárcel) (su padre, Antonio Maura fue varias veces Ministro de Alfonso XIII), quien encabezó la lista por nuestra provincia; los Radicales de Centro, de Alejandro Lerroux; La Acción Republicana de Azaña, los Radical Socialista, de Marcelino Domingo y Galarza; el P.S.O.E., la E.R.G de Casares Quiroga.

Como las fuerzas de Centro-Izquierda eran mayoritarias, Niceto Alcalá Zamora, encargó de la formación de gobierno, como Presidente a Manuel Azaña.

Los Monárquicos, Agrarios, Católicos, y otros grupos de derechas, desorganizados, no repuestos del susto republicano, obtuvieron escasos escaños, aunque sí los suficientes, sobre todo los Agrarios, para poner palos a las ruedas del carro de la reforma agraria.

Observen que utilizo la expresión de la época. “Las Izquierdas”, “Las Derechas”, porque eran muchos los partidos a ambos lados del espectro. En esas elecciones del 31, entre diestros, siniestros, centristas y regionalistas, obtienen acta de diputado 25 siglas diferentes.

A esas cortes les espera titánica tarea: modernizar al país, volverlo de cuajo, y para ello complejas reformas, en medio de los efectos de la “Gran Depresión”, del emerger de dos totalitarismos antagónicos: fascismo y comunismo, de una sociedad, injusta, pobre y radicalizada.

Dos reformas eran imprescindibles: la Agraria y la Constitucional.

Recién leídas las 600 páginas, en letra pequeña, del libro de Malefakis sobre la primera, intentaremos resumirla, en un folio.

jueves, 4 de marzo de 2010

DESTRUYENDO TÓPICOS. LA II REPÚBLICA. (II)

Una creencia muy generalizada, un día en el bar lo discutí con un Profesor de Secundaria, es que el advenimiento de la II República, 14 de abril de 1931, fue obra, exclusivamente de los partidos de izquierdas. Inevitablemente todo el mundo asocia “republicanismo” con “izquierda”.

El fracaso de la dictadura del General Primo de Rivera, 1923-1929, apoyada, ¡por cierto!, por el PSOE y la UGT, no obstante sus logros en lo económico de los primeros años, dejó a la Monarquía en extremo debilitada.

Los males de España se venían arrastrando desde la vuelta del felón Fernando VII, quien arrasando la débil siembra de libertades de Las Cortes de Cádiz, impidió las reformas liberales realizadas en Francia, Inglaterra, Holanda,…, entre ellas la agraria.

A la altura de 1.930 España era un país rural, pobre, inculto, lleno de carencias, sociales y culturales, y con una muy injusta distribución de la riqueza. Había poco y encima estaba mal repartido.

Entre las mentes más generosas y preclaras, la intelectualidad del país, caló la idea de que la modernidad habría de llegar de la mano del derrocamiento democrático de la Monarquía, y la instauración de una República burguesa, social y democrática.

Todo ese estado de opinión cuajó en la convocatoria de una reunión, promovida por dos antiguos monárquicos, decepcionados de la corona: Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura Gamazo, pertenecientes a la DERECHA LIBERAL REPUBLICANA.

Asistieron, como jefes de sus incipientes partidos políticos: Alejandro Lerroux por el centrista Partido Radical Republicano. Manuel Azaña, centro-izquierda, por Acción Republicana; Marcelino Domingo, Álvaro Albornoz y Ángel Galarza Gago, también centro-izquierda por el Partido Republicano Radical Socialista.

(Ángel Galarza, era un joven Abogado de Zamora, con la república llegó a ser Ministro de la Gobernación, ejerció un gran liderazgo en toda la provincia. De ahí que su partido fuera el que mayor implantación tuvo, con sedes en la mayoría de los pueblos de cierta población. El fundador y presidente en el mío, fue mi Abuelo, Gregorio Modroño. Galarza lo visitó en varias ocasiones. Los más viejos recuerdan el mitin que pronunció en la panera de la Srª Petra de la calle Miraflores).

Asistieron también tres miembros de partidos de la burguesía catalana, que no cito por abreviar, y el gallego de E.R.G., Santiago Casares Quiroga. Éste fue Primer Ministro desde marzo del 36, a la noche del alzamiento militar. Su hija, María Quiroga, fue compañera sentimental del gran Albert Camus.

Aunque militantes del PSOE, no asistieron como tal, sino a título particular, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos.

También a título particular, por no tener adscripción política determinada, asistieron Eduardo Ortega y Gasset, en nombre propio y de su hermano José, y D. Gregorio Marañón, si no con su presencia física, por un impedimento, sí adhiriéndose mediante una carta.

Esta reunión de la que salió el acuerdo de trabajar para instaurar una república, se celebró en San Sebastían, el 17 de Agosto de 1930. De ahí su nombre: PACTO DE SAN SEBASTIAN.

Las masas obreras de la izquierda más radicalizada, aglutinadas la mayoría en torno al Sindicato con mayor afiliación, la CNT, más un sector de la UGT, y los Comunistas se oponían a esta república burguesa y a las reformas que, por vía democrática, pudiera traer. Ellos ansiaban, puede que con razón, dada su pobreza y el hechizo soviético, LA REVOLUCIÓN, “Dar la vuelta a la tortilla”, instaurar el Comunismo Libertario o el de los Soviets. (Continuará).

martes, 2 de marzo de 2010

INTENTANDO DERRIBAR TÓPICOS.

INTENTANDO DERRIBAR TÓPICOS. (I).

Vivimos en España una situación económica, social y política que a todos preocupa, o debería, puesto que los indicadores son cada mes peores. Esto genera acusaciones al gobierno irrefutables: cuatro millones y medio de parados, y aumentando; disminución del PIB; aumento del déficit y la deuda pública; advertencias a España desde la UE y organismos internacionales; voces de socialistas honrados como Almunia, advirtiendo se debe cambiar el rumbo; cada vez más gente acudiendo a los comedores sociales, y rebuscando en los desperdicios de los “hiper”; riesgo, si bien parece no a corto plazo, de no poder pagar las pensiones y los subsidios de desempleo,…. .

Zapatero no tiene toda la culpa de esta situación. El cogió de Aznar el barco del boom inmobiliario navegando “viento en popa a toda vela”, pero no hizo nada para virar, para corregir la especulación inmobiliaria y el “capitalismo feroz” (art. publicado en La Voz en el momento álgido), ciego de gozo, cuando prometía el pleno empleo, sin ver que iba derecho contra el acantilado. Con el PP el globo inmobiliario también hubiera pinchado, pero seguramente la situación la habrían gestionado con mayor eficacia.

Y si bien, no es culpable del todo de esta mala situación, su delito es la mentira, la demagogia, el cizañar intentando reescribir la historia, desconciliando a los españoles, conciliados después de la transición, oponiendo ideologización a eficacia, todo para obtener réditos electorales manteniendo una clientela sectaria, alimentada, a través de sus terminales informáticas con manidos tópicos.

En otros países donde existen mayoría de ciudadanos reflexivos no sectarios ni votantes de piñón fijo, lo hagan como lo hagan “los suyos” (igual que los hinchas del Madrid o del Barcelona, fieles, no sabemos en base a qué, a sus colores hasta la muerte), a este “artista”, ya le habrían jubilado.

Pero aquí, delante de los de la “progresía”, ni se te ocurra criticarle, por más que aportes, no opinión, sino la información de los tristes datos económicos actuales.

Como ellos son los poseedores de la absoluta verdad, los intocables, los repartidores de credenciales democráticas, no les hables del paro: la culpa es de Bush y de Aznar (“Ansar” para los “compas”). Y no insistas, ¡oh terror!: eres una fascista, un facha de la derechona. (Que haberlos hailos). O te relatan de carrerilla las corruptelas del PP, que las hay, (si lo sabré yo), pero no les hables de FIlesa, Malesa, Gal, Roldanes, Veras, Rubios, Ulrralburus, ni alcaldes socialistas trincadores, como de otros colores, que siguen apareciendo, ni les preguntes adónde fueron los bienes de Rumasa. Ni como consigue subvenciones algún alcalde rojillo. (No es un insulto, les encanta denominarse rojos, aunque posean hermosos chalets o lujosos “Mercedes”, que los conozco).

Esta es la historia que les han enseñado a los adoctrinados:
“La II República la trajo la izquierda. Como desconocen el montón de partid os, y de personalidades, de Centro Izquierda que existían, la trajo el Partido Socialista, que ni intervino en el pacto de S. Sebastian”.
“Contra esa pacifica, próspera, ejemplar república democrática de obreros, se alzó la derechona que, ayudada por Hitler y Mussolini, aplastó la libertad y los avances económicos, e implantaron una dictadura férrea en que los españoles pasaron hambre durante cuarenta años”.
“Cuando se murió Franco las masas obreras, organizadas por un PSOE muy activo en la clandestinidad, (alguno, en las centurias del F. de J., ¡qué también los conozco!) se echaron a la calle y trajeron la democracia”.
Y
ser votante del PP, o de UPyD, o simplemente, criticar a Zapatero es ser facha, ultra, matapobres (si quieren les digo donde está escrito)

Es por ello que desde mi centrismo y mi intentada objetividad empiece a contar la historia reciente, sin buenos ni malos, sin justificar crímenes ni opresión, empezando por la II República..