domingo, 23 de agosto de 2009

CHENCHO, "EL HERRERO".

Al tirar desde Santo Domingo para la calle de El Condado, me pareció oír al fuelle intentar un soplido lastimero, a la "bigornia", al "macho", y al martillo, sobre los que tanto sudó, tan cantarines cuando "auzaban" formones, querer doblar a muerto.

Vengo ahora del tanatorio. No me apetecían las parletas. Allí, aunque me daba verguenza, no pude contener el llanto. Sufro, de distinta manera, con cada uno del pueblo que se va. Con esta ida mucho: Chencho era tan entrañable, tan amigo, tan buena persona,...... Escojo dos sustantivos que lo definieron: trabajo, honradez.

En aquellos años, cuando todavía quedaban muchos pequeños labradores, con vacas, y cachos de alfalfa, en la época de la siega, podíamos juntarnos allí hasta ocho o nueve "peines". No teníamos herramientas. A dos cuchillas que se rompieran, ¡a la fragua de Chencho!. ¡Y en la riebla y sementera....!: dentales, rejas, formones,.... Majé con él muchas veces.

No tenía horario de trabajo. En más de una ocasión, antes de que abriera, a las ocho de la mañana, ya había alguno "cogiendo la vez". A las tres salía "Helio" enfadada llamando para comer. Después de las diez, en primavera-verano todavía podía estar abierta la fragua. Yo sentía pena: le veía, tan enjuto, tan doblado, tan cansado: -¡"Venga: vamos a dejarlo que mañana será otro día".

Hace tres días me paré en la tertulia de "Berrabueyes", a la sombra de los pinos del silo. Cogí una de aquellas sillas. Carlos, "el de los ajos" y "Maravilla", me dijeron: -¡a ver si la vas a romper, que es la de Chencho!.
Aquí ya no la va a necesitar. Se ha ido a otra tertulia con sus hermanos Luisa, Vicente, con su hijo Fernando. Estaba deseando contarle a éste la cantidad de caballos que ha habido este año en los encierros. Lo moza que ha venido Nieves, ya a las puertas de la Universidad, que Belenita sigue igual de rabistrajo, que "Mánuel", por fin, ha ido a su boda, y tiene un niño que se llama Fernando, que Carmen está muy guapa,.... . ¡Las partidas al "subastao" que va a echar con Alfonso.....", ¡los "Jolpas" que va a vender para segar las praderas del cielo...!, ¡los marranos que va a comprar "pa el de Benavente"!.

No lloréis girasoles: Chencho está descansando de tanta brega sin que nadie le moleste para poner una biela. ¡Además os queda, nos queda "Mánuel"!.

8 comentarios:

Agapito dijo...
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Anónimo dijo...
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Agapito dijo...
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fernando dijo...

Acertado y sentido el homenaje al gran "Chencho".

Se fué un hombre bueno, pero como bien dices nos queda Mánuel,bueno en su fragua pero aún mejor como persona, todos debemos aprender de su humanidad del cariño y de la dedicación que hasta el último día demostró a su padre.
Un fuerte abrazo Mánuel.

Agapito dijo...

¡Sí señor!: Totalmente de acuerdo Fernando. Yo he sido testigo, desde hace bastantes años, de como "Mánuel" cuidaba a su padre.

Ana dijo...

Chencho "el herrero", una de esas personas a las que a pesar de haberle visto solamente un par de veces, no se me olvidan ni su cara de bonachón, ni su nombre, ya que mi suegro R. Chimeno me hablaba muchas veces de el y siempre cosas buenas, eran muy amigos.
Ahora ya están juntos para siempre.
Nuestro más sentido pésame a la familia.

Agapito dijo...

¡Oye Ana!: Tu suegro, efectivamente muy amigo de Chencho, hasta que emigró, siendo joven, ¿ no se llamaba R. Gutiérrez Chimeno?. Sabes como os quiero a toda la familia.

Ana dijo...

Exactamente Agapito, Remigio Gutiérrez Chimeno,
Un abrazo