martes, 30 de junio de 2009

VILLALPANDO, CAPITAL DEL OVINO.

VILLALPANDO, CAPITAL DEL OVINO.


La meseta del Duero, desde su repoblación, fue la tierra de las ovejas: ese, junto al trigo y el vino, los tres pilares en que se asentó la prosperidad de los Reinos de León y Castilla, llegada a su culmen durante el reinado de los Reyes Católicos.
De los mercados castellanos, cuando no había llegado el algodón, y menos, las fibras sintéticas, salía lana para allende los Pirineos. Esa riqueza, que hizo fuerte al reino castellano, le dio predominio para crear, en torno a sí, la unidad peninsular, y con ella su lengua, llevada y extendida por el continente americano.
Saltemos hasta mediados siglo XX. Más de 30 hatajeros había en este pueblo. También en las labranzas grandes había ovejas. Rebaños pequeños, de 50 a 150 cabezas, que convivían con los dueños en los cabañales del corral de la misma casa del ganadero, cuando no estaban en el campo.
Servían de sustento a las familias pastoras. Apenas gastaban en comida. Vivían fundamentalmente del pastoreo, y hacían un dinerillo por la venta de cuatro litros de leche, algún queso, lechazos, ovejas viejas o impladas, el estiércol del cabañal o estercolando las tierras en teleras, a rial oveja y noche, y la lana.
Muchos de los hijos de aquellos pequeños pastores, emigraron, disminuyó el número de rebaños, pero los que quedaron se fueron haciendo más grandes, empezó la mejora genética, con la introducción de nuevas razas, y la alimenticia, la atención sanitaria, La rentabilidad aumentaba. Bastantes pastores empezaron a construir nuevos y mayores cabañales. La leche cogió un alto precio. Los más eficientes fueron comprando tierras, tractores,…… .
Hace ya cuatro o cinco años, comenzó la fuerte crisis. Como las ovejas, además de mucho trabajo, daban dinero, nuevas gentes se metieron en el sector.
La inmigrante mano de obra barata también animaba. Aumentó la cabaña y la producción lechera hasta llegar a ser excesiva, a un gran aumento de la oferta. Ello hizo disminuir el precio que, unido a la subida de los piensos, ha puesto en pérdidas la rentabilidad de algunas explotaciones.
Si a eso unimos lo esclavo de ser pastor, muchos apriscos, en otras regiones, se han quedado vacíos.
Según mis datos, en los últimos cinco años, ha disminuido en un 10 % el número de cabezas en toda España. Lo dejan sobre todo los que se jubilan, y los hijos ya no quieren ovejas.
La disminución está afectando muy poco a esta provincia, a esta comarca. Con la jubilación de algunos pastores van desapareciendo los pequeños rebaños tradicionales, pero el sector no corre peligro: mejor si las ramas más viejas se podan, el árbol permanece vigoroso. Han emergido modernas explotaciones en manos de gente joven y de mediana edad, con rebaños de 600 a 1200 ovejas, razas muy productivas , modernas naves, salas de ordeño, racional alimentación, altas producciones,… que están compitiendo a nivel europeo.
Ese vigor del sector se ha visualizado en la Exposición y Concurso, denominados OVICAMPOS: carneros, corderas, cancinas, borras y sobrebarras de las nuevas razas y tradicionales. Todas ellas de gran pureza genética. Me ha sorprendido la variedad: la Asaaf y su prima la Hawasi (las judias), grandes lecheras, dominantes en el sector, la Churra, si bien menos lechera, más rústica y de mayor calidad su leche y corderos; las “Castellanas”, blancas y negras, explotadas ahora sólo para el cordero; la Milchaf, oveja pequeñita y redonda, ideal para la estabulación; hasta un lote de viejas Merinas había,…
Tres puntos de recogida de leche existen en la Villa de Campos: el Consorcio de Promoción del Ovino, que agrupa a tres Cooperativas. Comercializa, al año OCHENTA Y CUATRO MILLONES DE LITROS DE LECHE. Es el primer grupo de España. Está exportando a Francia, Austria, Grecia,….; la fábrica “Campos Tera”, y otra pequeña industrial artesanal. Además un mercado semanal de lechazos, del que salen unos 80.000 al año, más, al menos otros tantos, que recoge la Cooperativa.
Con estos sucintos datos, ¿alguien puede negar que Villalpando es la capital del ovino, pujante, competitivo y con fuerza?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda esta bien ser líderes o punteros en algo; no quiero que se me malinterprete pero lo expresas como si fueramos la capital del petróleo.

Con ello quiero decir, que la influencia y pujanza del sector ovino sobre la población no se nota, no tiene repercusión, nada más que para quienes estan ligados directamente a este tipo de producciones, que son los ganaderos, que por cierto, no deben estar muy contentos cuando se manifiestan cada dos por tres.