miércoles, 29 de octubre de 2008

NOTICIA TRISTE.

De nuevo, y en poco tiempo, la desgracia se vuelve a cebar con la querida familia Martínez de Lera, "los de Citos".
Salí temprano de casa, caminando empellizado hacia la nave. En la esquina de caja España me topé con la esquela que, esta vez, ya no la puso él. ¡Dios mío!: JOSÉ MARTÍNEZ DE LERA, "PEPÍN". 52 años.
No hace muchos días me había encontrado con él por la calle.
Llevaba ingresado desde el viernes por la tarde. Ayer tuvimos noticia de su gravedad, pero siempre cabía la esperanza. En el pueblo estamos consternados. No sé si a Gaspara, Santiago, Nazaret, Jose, Olga, Carlota, Tomás, Esteban, One, les servirá de algo: esta tarde van a estar arropados por el cariño de todo el pueblo, y los próximos.
Me gustaría que ese calor lo demostráramos con un respetuoso silencio en la comitiva fúnebre, como ellos siempre han hecho. Quienes vayan de parleta, demostraran su "cumpli-miento".
¡Querida familia!: comparto un poco de vuestro inmenso dolor.

martes, 28 de octubre de 2008

PUBLICADOS EN LA VOZ DE BENAVENTE.

SUGERENCIAS DE CAMBIO. (y III).

Como los 30.000 millones de euros (aun con “Bin Lades”, los de 500, se llenarían varias naves industriales) se empleen en sintomáticos “Termangiles” para rebajar la fiebre de la economía pachucha, en lugar de en “Penicilina” para atajar el mal, cuando le vuelva a subir la fiebre y no queden antipiréticos, la enferma palma.
Hay que pensar en un cambio de la orientación productiva. Ya sé que la construcción, con todos sus derivados tiraba como loca del empleo. Pero el mercado, las necesidades reales de vivienda, y más a esos precios, no pueden absorber todo lo construido. El globo tenía que explotar y lo ha hecho con estruendo.
Igual ocurre con la fabricación de coches: saturación total del mercado.
Esa mano de obra sobrante no puede volver al sector. ¿Dónde ha de ir?. De momento al paro. ¡Bien! incentivar el retorno de inmigrantes acogidos al subsidio de desempleo. ¡Bien! pagarle el billete de regreso a tanto ilegal muerto de hambre como pulula por las ciudades. Pero además debe emplearse, como sea a esos parados nacionales, aprovechando los puestos que existen y creando otros muchos nuevos.
¡Pues miren ustedes!: inevitablemente hemos de volver los ojos al sector primario, al mundo rural.
¡No!: en la agricultura no podrá haber más trabajadores de los actuales. PERO SÍ QUE SEAN ESPAÑOLES. No estoy pensando en nuestros secanos, ni en los regadíos del condado, Cachón dixit, (¡bueno!: produciendo hortalizas más gente podría emplearse) sino en los invernaderos de Almeria, en los fresales de Huelva. Entre fijos y discontinuos de temporada trabajan no sé cuantos miles: ¡miles, miles! de extranjeros, mientras a los “jornaleros” andaluces, les firman 150 días de “peonás” y a cobrar del PER, o como se llame ahora.
Ya sé que para mandar a un sobrante de la SEAT, o la FASA, a doblar el lomo cogiendo tomates o fresas, no hace falta antibiótico, sino cirugía.
¿Qué puestos nuevos se pueden crear?. Sólo en limpiar el pinar de “El Raso”, y en transformar esa leña, (ahora le llaman biomasa) veinte o treinta. ¿Alguien ha calculado los millones de calorías que se pierden en cada incendio forestal?, ¿cuánto petróleo de calefacción se podría ahorrar con ellas?.
La pasada semana en Valladolid, hemos asistido a la Feria EXPOBIOENERGÍA: Lo que más me ha impresionado son unas calderas para calefacción austriacas de leña, con una tecnología tan eficiente que, al menos en los pueblos, deberían ya sustituir a las de gasóleo. ¡No!: olvídense de aquellos calderones que tragaban madera a lo tonto y había que estar arrosiándolas cada triqui traque. En estas, para una vivienda familiar, le llenas el depósito y dura dos días. Se autorregulan mediante termostato cesando y reanudando la combustión al igual que en las de gasóleo. Gasifican la madera y queman ese gas. No sueltan ni pizca de humo, ni dejan ceniza.
Presencié la demostración de una “cosechadora” de árboles. Le daban los pinos cortados. Los tragaban, trituraba y echaba ese picadillo a enorme tolva. Con ese triturado, en fábrica producen “pelets”, también empleados en calefacción. Estas calderas de pelets, una vez llenada al tolva, funciona de forma automática. Nada más hay que dar a un botón. En casa te los deja el camión en el depósito correspondiente, como el gas-oíl.
No es el cisco en el brasero, ni la pinocha u hojarasca para arrosiar la hornada, ni los cuatro palicos de manojo de vid o de encina para freír el huevo, o mezclar con el estiércol para cocer los garbanzos diarios. Es, ayudados por la maquinaría, limpiar tanto monte perdido, crear naturaleza y calentar nuestras casas con lo tirado, en lugar del combustible fósil, de precio inasequible para muchos, y no renovable.
Me quedan más sugerencias, incluso filosóficas, morales, de cómo cambiar esta despilfarradora sociedad, sin renunciar a la calidad de vida en lo básico: alimentación, vestido, educación, sanidad. Esperemos podérselas ir contando, si antes los guardias de mi pueblo no me llevan a la cárcel. ¡Me tienen un cariño!.

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Este artículo que, creo va aparecer primero, es el tercero de la serie de los publicados en LA VOZ.

Ya sé son asuntos no muy de Villalpando, específicamente, pero considero tienen interés. Falta el cuarto que colgaré mañana. s.D.q., escrtio hoy aparecerá el próximo sábado en el semanario. No hace falta que los lean todos de golpe. Un saludo.
CAMBIO, CAMBIO, CAMBIO. (I).

Alrededor del 50 del XX, mi tío, con el que convivía, fue a pasar unos días a Oviedo en casa de unos primos. Ellos también pasaban temporadas en nuestra casa.
Aunque por entonces mi familia vivía con cierta holgura, no hacía ni un dispendio. Por aquí, aun los pudientes vivían con austeridad franciscana.
Aquellos parientes de Oviedo, en la Asturias del carbón, poseían un negocio que les dejaba buenos beneficios. Vivían, según mi tío, con derroche. Por ej.: cuando a las medias de cristal de las chicas, entonces de moda, les salía una “ralera”, en lugar de “cogerla”, las tiraban; tenían los armarios a “teque reteque” de ropa; no “rebañaban” la carne del hueso; tiraban comida,.... .Mi tío se volvió mucho antes de lo previsto: no podía soportar ese mal gastar. Cuando en aquella familia derrochona dejó de entrar el dinero a paladas, se vieron en la ruina. Emigraron a la Argentina. Pasaron mil penalidades.
En los últimos años, en esta llamada sociedad del bienestar (bienestar malentendido cuando se asocia a consumismo), bastantes familias han vivido por encima de sus posibilidades: vacaciones, coches, ropa, cacharros,.. comprados con créditos al consumo.
¡LA VIVIENDA!: ¡el pinchazo de la burbuja!, ¡si tenía que ocurrir!. Quien nos siga podrá recordar que hace tiempo lo anunciamos. No podía ser que en las parejas jóvenes, demandantes reales, el salario de por vida de unos de ellos habría de destinarse a pagar la vivienda,... . Como las rentas también eran altas, y el dinero barato y fácil: ¡a comprar con hipoteca!. Esa demanda real fue la primera originaria de la subida. Se empezó a especular con el suelo, especulación propiciada por ayuntamientos y las malas leyes de urbanismo. Los pisos subían y subían. Mucha gente empezó a comprarlos como inversión, incluso dejándolos vacíos. Incluso, “listos”, compraban con hipoteca, para vender al cabo de un tiempo y quedarse con la ganancia.
La construcción de casas que no se necesitan tiraba como loca de la economía. Se creaba empleo que ocupaban, en gran parte inmigrantes: los constructores no encontraban peones en España, surgían urbanizaciones irracionales, léase Seseña, siglo XXI, provincia de Salamanca, Zaratán, etc. etc..
En la gran potencia mundial los bancos prestaban dinero, no sólo para vivienda, sino para consumo en general, con dudosas garantías: las hipotecas basura. Llega la inevitable morosidad y “tío, Sr. Bush, páseme usté el río”.. ¡Veremos si salva un hundimiento que pudiera arrastrar a parte de la banca mundial!.
En Europa salen los gobiernos a prometer inyecciones para salvar al sistema financiero tocado del ala. Parece que en España bancos y cajas tienen solidez. Creo no debe cundir el pánico, pero, para mayor tranquilidad deberá salir Zapatero, posiblemente lo haya hecho cuando aparezca este artículo, a decir, con oferta y datos creíbles en la mano; -“tranquis que aquí no pasa na”.
Pero, por encima de esta situación coyuntural, (que no se va a arreglar insuflando dinero a constructores para que siga la construcción de viviendas que no se necesitan), existe un problema estructural planetario de fondo: ES NECESARIO UN CAMBIO SOCIAL, UNA REDISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN, UNA ORIENTACIÓN DEL TRABAJO A DISTINTAS ACTIVIDADES, UNA NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA QUE NO ASOCIE FELICIDAD CON CONSUMISMO.,..... .
Lo conquistado en los países desarrollados: alimento, vestido, vivienda, sanidad, educación para todos ha de mantenerse, aliñado el guiso con dosis de austeridad y sentido común. En otras actividades humanas será necesario meter la tijera.
Son necesario cambios estructurales que (s. D. q.) expondremos en próximo artículo.
CAMBIO, CAMBIO, CAMBIO (II).

En “El Disputado Voto del señor Cayo”, creo que, junto al Hereje, las mejores novelas de Delibes, llegan de la ciudad en campaña electoral, primeras elecciones, las del 77, dos aspirantes a políticos, uno idealista, otro medrador, a un recóndito pueblo, podría ser norte de la provincia de Burgos, donde sólo quedan dos matrimonios de ancianos, el del Sr. Cayo y otro, con el que no se hablan.
Se encuentran con aquel anciano, aún vigoroso, lleno de sabiduría rural práctica, saberes que, en el diálogo, les va desgranando: el cultivo del huerto, cuidado de los frutales, cría de animales domésticos, conocimiento de las plantas silvestres y sus propiedades, curativas en algunos casos; catar las colmenas, hacer el pan, etc. etc.
El idealista queda impresionado. Al marchar, le dice al otro, más o menos: -“Si por culpa de un cataclismo universal, de un colapso en la distribución del petróleo, u otra causa, se deshiciera el orden socioeconómico actual, tú y yo, tendríamos que venir a que nos diera de comer el señor Cayo”.
Hoy, lunes día 13, alcanzado ayer un acuerdo entre los mandamases de la UE para evitar la quiebra de algunos bancos, que podría tener efecto dominó, las bolsas han abierto con euforia. Fuegos fatuos. ¡Bueno: algo es algo!, porque si empezaran a cerrar bancos, sería la leche!. Pero la crisis, la original, ahí sigue.
¿Qué pasa? ¿Qué ahora van a poder seguir prestando dinero a los promotores inmobiliarios, por ej., para volver a hinchar un globo que ha reventado?.
¡Qué no!: QUE ES EL MODELO URBANITA, ESPECULATIVO, CONSUMISTA, CAPITALISTA QUIEN NO DA MÁS DE SÍ.
¿Por qué no aprenderemos de la naturaleza?, ¿de las especies animales?. ¿Dónde fijan su habitat?. En el lugar donde puedan encontrar alimento, cobijo.
¡No hombre!. No voy a defender que, como ocurría hace no tantos años, el 80 % de la población española vuelva a ser rural. Pero más descabelladas son las macrometrópolis y la despoblación de inmensos campos.. Un ejemplo aberrante es el de la Argentina: el gran Buenos Aires, 17 millones de h., la mitad de la población en un país de 2.700.000 km2, cinco y pico veces más que España. Así les va.
Cuando la guerra civil, Madrid tenía un millón y pico de habitantes.. Cortados por los nacionales gran parte de los accesos, y con ellos los suministros, el hambre de la población fue atroz. ¿Qué pasaría con los ocho millones actuales ante cualquier tipo de catástrofe?.
En esta “sociedad del bienestar”, en los países ricos hemos montado un tinglado de vida basado en el derroche de recursos, motor insaciable movido por el petróleo; bien no renovable y en manos de unos pocos. ¿Cuánto cuesta transportar alimentos para las grandes urbes?. ¿Cuánto el movimiento de los ciudadanos dentro de ellas?. ¿Cuántos problemas planetarios está causando el derroche consumista?.
Cuando el cerco internacional a Franco, hasta del petróleo nos cerraron el grifo. ¡Encima malas cosechas!. Tengo el recuerdo de niños descalzos, comedor de Auxilio Social, mendigos harapientos. ¡Terrible!. Pero, incluso sin gasolina, salimos adelante. ¡Cómo aprovechábamos tanto como ahora se tira...!. Los tractores y camiones de entonces consumían paja y cebada; la “vitrocerámica”: palos, paja y estiércol; la calefacción: brasero de cisco, mantas en la cama y correr por la plaza. Y ni contaminación, ni basureros, ni calentamiento global.
Aquello, no, ¡por favor!, ¡que no vuelva!. Este modelo consumista feroz, ¡tampoco!.
Daremos la próxima semana, (s.D.q.) (ya sé que esto de “si Dios quiere”, aun en abreviatura no está de moda. Me importa un carajo la moda), algunas ideas.

viernes, 24 de octubre de 2008

UN ODIO QUE NO CESA.

Ayer, Andrés Fernández, hijo de una de las personas más respetadas y respetuosas del pueblo, D. Manolo "el del banco", enviaba un mensaje a la "entrada", "Un Monjita Menos". Pueden verlo, junto a mi respuesta en "comentarios" a esa entrada.
Me animaba a que escribiera más en esta bitácora, que los "desterrados" del pueblo lo agradecen.
Ocurre que, a veces, "las cosas" del pueblo son tan penosas que prefiero callarlas.
Ayer ocurrió algo que necesito contar, como desahogo por el asco que me produce constatar la cantidad de odio que son capaces de guardar, de mantener, de reconcentrar algunos individuos.
El 25 de agosto, un guardia civil adscrito a esta comandancia, en la Plazuela de "Las Angustias", ¡fíjense!, no en la Autovía, delante de Caja España, me infló a multas. De otra tacada igual, casi en el corral de mi casa, me quedo sin carné. Tengo la esperanza que, por lo desproporcionadas y otras irregularidades, me sea aceptado el Pliego de Descargos.

No contento con las tres multas, y una que hubo de romper, además me pone una denuncia judicial por, según él, "altercado del orden público". Yo lo único que hacia era intentar persuadirlos con razones para que no me denunciaran o, al menos, no con esa severidad. Que la ley también les ordena perseguir a los ladrones y rateros, y en eso son menos escrupulosos.
¡Bien!: Ayer se celebró el juicio.
Yo esperaba tranquilo conversando de la siembra con mis dos testigos, cuando veo subir al último de mis anteriores agresores, el alcalde-cocinero; al poco renqueante (no empleo el adjetivo de forma despectiva, sino identificativa) a otro de los condenados por el mismo motivo.
Ambos, en sus juicios, utilizaron testigos y pruebas falsas, que no les sirvieron. Al verlos aparecer, me temí lo peor: -"Estos vienen de testigos falsos". ¡"Pero cómo la Guardia Civil va a utilizar testigos falsos...". Ambos, en sus caras, de por sí ya de mala leche, traslucian el odio que los recome. Su presencia me puso enfermo. Me temí una jugarreta. Por el móvil pedí auxilio a mi familia, al poco, iniciado el juicio, se presentó Felix, fue un alivio.
El que dos, tan significados, hubieran ido de testigos falsos, hubiera sido mucho cante, pero estoy tan escamado, que el susto me lo tragué: ¡IBAN DE ESPECTADORES!, se conoce que a disfrutar al verme sentado en el primer banco, junto a los guardias.
No creo disfrutaran mucho. el juicio salió bien, los testigos demostraron no hubo altercado del orden público, ni insultos ni agravios por mi parte a los guardias. El Juez admitió a prueba documentación por mí presentada probatoria de posible irregularidad.
Incluso, su presencia pudo ser una ayuda. Lo señalé en mi declaración: "la presencia de estos señores es muy significativa", "a nadie, servidor, había dicho ni el día ni la hora del juicio; que iba a celebrarse sólo lo sabían las personas de mi familia", "¿por quién, o dónde, se habían esos espectadores enterado?. ¿en el "Abeto Azul?". Me da igual. La información había partido de los denunciantes.Ahí está la prueba concluyente de las presuntas connivencias entre ese guardia y los peperos del pueblo.
No me preocupa el "estar fichado por la guardia civil", ¡Dios quiera que no!. Me desagrada la certeza de ese odio tan atroz que no cesa, viviendo en el mismo pueblo, y del que están siempre que pueden dando muestra con continuas provocaciones. Paso y rehuyo ocasiones, la bicha interior no me corroe. Pero, ¿para qué van a la iglesia?. Incluso por su bien, ¿no serían capaces de olvidarme?.

martes, 21 de octubre de 2008

UNA MONJITA MENOS. UNA MONJITA MENOS.

UNA MONJITA MENOS.

Hace un poco, sobre las ocho y media, absorbido por la radio, como todas las mañanas, las alegres campanas de “Las Monjas” repicaban triste. Me lo supuse enseguida: ha muerto la Echevarría.
Fui a la Iglesia. Allí estaba, diminuta, pulcramente vestida, de “cuerpo presente”.
Podría saber su edad. ¿En cuánto sobrepasa los 80?. Toda la vida la he conocido en el convento. Sus padres debieron llegar aquí por el año 20. Era contable de la fábrica de harinas, posiblemente desde su origen. No los conocí.
Ésta, durante muchos años, fue Superiora de la Comunidad. En alguna ocasión viajó conmigo a Valladolid y a Zamora. Era inteligente y culta. Estaba al tanto de lo que ocurría en el mundo. Muy amena en su conversación. ¡Un encanto!.
Entró joven en el Convento. Cuando era helador, cuando las reglas rígidas, diría yo sin querer ofender, casi inhumanas. Ahí ha pasado al menos 60 años de su vida. Y, siempre se le veía alegre, serena.
Durante su época se han realizado las grandes obras de restauración de los edificios. Hasta los años 60 aquello se caía a cachos. La última, de muchos millones, la renovación de los tejados.
María Echevarría, Sor Pilar en el convento, ha sido un ejemplo de coherencia personal. Me consuela pensar que ha vivido con la felicidad de los ascetas. ¡Dios mío!. ¡Un rayito de esperanza!.